Leyendas cortas para niños: ‘El sol y la luna’
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Leyendas cortas para niños: ‘El sol y la luna’ / Foto: iStock / Sudowoodo
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Una leyenda mexicana muy hermosa para contar a los niños antes de dormir, es la que habla sobre la historia del sol y la luna.
Anteriormente te compartí la de 'El conejo en la luna' y la leyenda de amor entre el volcán Popocatépetl e Iztaccíhuatl, así que para añadir más historias interesantes que contar a tus peques, esta vez te comparto la leyenda del sol y la luna.
Corran a su espacio favorito en la casa y con una cobijita para el frío lean atentos esta linda leyenda.
Aquí te va:
Leyendas cortas para niños: ‘El sol y la luna’
Hace mucho tiempo, en la Tierra siempre era de noche, es decir, estaba en completa oscuridad.
Los dioses del cielo se reunieron para crear algo que la iluminara, así que decidieron crear el Sol.
La ciudad en la que se reunieron, y la cual estaba en el cielo era llamada Teotihuacán.
Se dice que en esa ciudad encendieron una enorme hoguera y aquel poderoso que quisiera convertirse en el Sol, debía arrojarse a la hoguera para después resurgir como el Sol.
Había dos candidatos para tal acto. El primero era grande, fuerte, hermoso y rico, pues vestía ropa de lujo con piedras preciosas.
Este candidato, ofrecía oro y joyas como muestra de su orgullo.
El segundo candidato era pequeño, débil, 'feo' y sin dinero. Su piel estaba maltratada y usaba humilde ropa.
Él, solo podía ofrecer su corazón y sus sentimientos y así fue.
Cuando llegó la hora de arrojarse a la enorme hoguera, el grande y rico no se atrevió, tuvo miedo y salió corriendo, sin embargo, el 'pobre', fue muy valiente y se arrojó a la hoguera y salió de ella convertido en el gran Sol.
El primer candidato sintió pena y entonces se arrojó a la hoguera. Fue entonces cuando en el cielo apareció un segundo Sol.
Los demás dioses debatieron y decidieron que no podían existir dos soles en el firmamento, así que decidieron apagarlo y fue entonces cuando lo transformaron en la Luna.
Desde entonces, existen el Sol y la Luna, uno da luz y brillo por el día y la otra ofrece la misma luz, pero por las noches.
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