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Cuentos para niños que temen a la oscuridad

Cuentos para niños que temen a la oscuridad Foto: *SM/Kókinos

Cuentos para niños que temen a la oscuridad Foto: *SM/Kókinos

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¿Quién no tuvo miedo a quedarse solo en la oscuridad cuando era niño? Creo que es uno de los temores más recurrentes en la infancia. Al menos yo me acuerdo que muchas veces me dormí con la luz prendida o me acurrucaba debajo de las sábanas con los ojos apretados.

Para esos peques que tienen miedo a la oscuridad les tengo algunos hermosos cuentos. En ellos comprenderán que la oscuridad es natural y que no está mal tener miedo, pero un valiente es el que se sobrepone a él.

Cuentos para niños que le temen a la oscuridad 

La niña que iluminó la noche (Encender la noche), Ray Bradbury

Había una vez un niño que temblaba de miedo cuando llegaba la noche. Encendía lámparas, velas, linternas y, de haber podido, hubiese dejado al sol brillar sin descanso. Hasta que un día, una niña misteriosa le ayuda a descubrir que la noche tiene escondida una luz muy especial.

Esta es la historia de un niño que temblaba de miedo cuando llegaba la noche. Encendía lámparas, velas, linternas y, si hubiera podido, habría dejado al sol brillar sin descanso. Hasta que un día, una niña misteriosa apareció para ayudarle a entender la oscuridad.

Ray Bradbury es el maestro de la fantasía y de la ciencia ficción. Lo conocemos por obras extraordinarias como Fahrenheit 451 y Crónicas marcianas, entre otros, pero este maravilloso cuento fue escrito para aliviar los temores de quienes sufren con la oscuridad.

Si puedes comprarlo, no te arrepentirás, de cualquier forma aquí te dejo una narración hecha en youtube.

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El miedo es blandito y suave

Autor: Pedro Pablo Sacristán

Marina era una niña que tenía mucho miedo de la oscuridad. Al apagarse la luz, todas las cosas y sombras le parecían los más temibles monstruos. Y aunque sus papás le explicaban cada día con mucha paciencia que aquello no eran monstruos, y ella les entendía, no dejaba de sentir un miedo atroz.

Un día recibieron en casa la visita de la tía Valeria. Era una mujer increíble, famosísima por su valentía y por haber hecho miles de viajes y vivido cientos de aventuras, de las que incluso habían hecho libros y películas. Marina, con ganas de vencer el miedo, le preguntó a su tía cómo era tan valiente, y si alguna vez había se había asustado.

- Muchísimas veces, Marina. Recuerdo cuando era pequeña y tenía un miedo terrible a la oscuridad. No podía quedarme a oscuras ni un momento.

La niña se emocionó muchísimo; ¿cómo era posible que alguien tan valiente pudiera haber tenido miedo a la oscuridad?

- Te contaré un secreto, Marina. Quienes me ensañaron a ser valiente fueron unos niños ciegos. Ellos no pueden ver, así que si no hubieran descubierto el secreto de no tener miedo a la oscuridad, estarían siempre asustadísimos.

- ¡Es verdad! -dijo Marina, muy interesada- ¿me cuentas ese secreto?

- ¡Claro! su secreto es cambiar de ojos. Como ellos no pueden ver, sus ojos son sus manos. Lo único que tienes que hacer para vencer el miedo a la oscuridad es hacer como ellos, cerrar los ojos de la cara y usar los de las manos. Te propongo un trato: esta noche, cuando vayas a dormir y apagues la luz, si hay algo que te dé miedo cierra los ojos, levántate con cuidado, y trata de ver qué es lo que te daba miedo con los ojos de tus manos... y mañana me cuentas cómo es el miedo.

Marina aceptó, algo preocupada. Sabía que tendría que ser valiente para cerrar los ojos y tocar aquello que le asustaba, pero estaba dispuesta a probarlo, porque ya era muy mayor, así que no protestó ni un pelín cuando sus padres la acostaron, y ella misma apagó la luz. Al poco rato, sintió miedo de una de las sombras en la habitación, y haciendo caso del consejo de la tía Valeria, cerró los ojos de la cara y abrió los de las manos, y con mucho valor fue a tocar aquella sombra misteriosa...

A la mañana siguiente, Marina llegó corriendo a la cocina, con una gran sonrisa, y cantando. "¡el miedo es blandito y suave!... ¡es mi osito de peluche!"

La ardilla miedosa en la noche

Autora: Mélanie Watt

HE AQUÍ UNA BELLOTESCA HISTORIA

Yo no duermo NUNCA. Me da demasiado miedo. ¡Podría soñar con fantasmas, dragones y monstruos con lunares! Por eso me paso las noches haciendo cosas para no quedarme dormida. Pero no dormir tiene graves efectos secundarios, como el agotamiento total.

Y es entonces cuando descubro una cosa alarmante: ¡todos mis sueños están a punto de hacerse realidad!

Eso es lo último que una ardilla como yo quiere que pase, así que ideo un plan y trato de arrojar algo de luz sobre el problema. ¡Pero las cosas se complican!

¿Sobreviviré a esta terrible experiencia?

¿Las estrellas me sonreirán?

¿Conseguiré, finalmente, echarme un sueñecito?

Te dejo esta narración de una pequeña Youtuber.

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