¿Tu hijo tiene obesidad? Descubre qué puedes hacer para ayudarlo

La obesidad infantil es una realidad creciente y preocupante en todo el mundo, incluido México, el cual enfrenta tasas alarmantes en el tema. Si recientemente han diagnosticado a tu hijo con obesidad, es fundamental abordar esta situación con comprensión, dedicación y estrategias concretas para garantizar su salud y bienestar a largo plazo.

Día mundial de la obesidad 2024

Los primeros años de vida son cruciales en el desarrollo de hábitos saludables. La obesidad infantil no solo conlleva exceso de grasa corporal, sino que implica riesgos significativos para la salud, como enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, problemas respiratorios, y efectos psicosociales negativos, entre otros.

¿Qué lugar ocupa México en obesidad infantil?

En México, el panorama es particularmente desafiante, con altas prevalencias de sobrepeso y obesidad entre menores, situando al país en una posición crítica, pues ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil.

Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2021, en México, la prevalencia de sobrepeso y obesidad fue de: un 23% de los menores de 9 años y un 24.7% de los adolescentes padecen sobrepeso, mientras que el 25% de los menores de 10 años y el 18% de los adolescentes sufren de obesidad a nivel nacional.

¿Cuáles son las causas de la obesidad en niños y niñas?

Esto se debe a que un 44% de los niños entre 6 y 23 meses no ingiere frutas ni verduras, y un 59% no consume productos como huevos, leche, pescado o carne. Además, solo dos de cada diez niños en edad escolar (de 5 a 11 años) consumen verduras y legumbres.

¿Cómo se diagnostica la obesidad?

El Índice de Masa Corporal (IMC) ajustado por edad y sexo es una herramienta útil para identificar el sobrepeso y la obesidad en niños. Utilizar recursos como el calculador de IMC del CDC y consultar la Cartilla Nacional de Salud son pasos iniciales esenciales para comprender la situación de tu hijo.

¿Cuáles son los primeros pasos a seguir tras el diagnóstico de obesidad en mi hijo?

Es crucial enfocarse en mejorar la calidad de la dieta de tu hijo. Esto significa privilegiar el consumo de frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras, minimizando los alimentos procesados, ricos en azúcares añadidos y grasas saturadas. La educación sobre nutrición desde edades tempranas es fundamental para prevenir malnutriciones y promover un desarrollo saludable.

Fomentar la actividad física

La inactividad física es un factor determinante en el desarrollo de la obesidad. Integrar al menos 60 minutos diarios de actividad física que sea de interés para tu hijo puede marcar una diferencia significativa. Busca oportunidades para que la actividad física sea una parte divertida y natural de su día a día.

Poner el ejemplo

Los niños imitan los comportamientos de los adultos que los rodean. Adoptar un estilo de vida saludable como familia, donde se prioricen dietas equilibradas y la actividad física, es crucial. La coherencia entre lo que se predica y lo que se practica en casa es la mejor enseñanza para los hijos.

Dale apoyo emocional

Reconocer y abordar los efectos psicosociales de la obesidad es tan importante como tratar sus consecuencias físicas. Fomentar un entorno de apoyo, comprensión y libre de juicios ayuda a fortalecer la autoestima de tu hijo y a enfrentar retos como el acoso escolar.

Ten un seguimiento médico

Un enfoque multidisciplinario es esencial. Además de la consulta inicial, establece un plan de seguimiento con profesionales de la salud que incluya objetivos realistas y monitoreo continuo del progreso de tu hijo.

Infórmate y mantente al día sobre las mejores prácticas en nutrición infantil, estrategias para promover la actividad física en niños y adolescentes, y maneras de apoyar la salud emocional de tu hijo. Organizaciones como la UNICEF, el Instituto Nacional de Salud Pública y la Secretaría de Salud ofrecen recursos valiosos.

El camino hacia un peso saludable es un proceso gradual y requiere paciencia, persistencia y mucho amor. Celebrar los pequeños logros y mantener una actitud positiva frente a los desafíos es fundamental. La obesidad infantil es un desafío complejo que requiere un enfoque integral y el compromiso de toda la familia. Actuar temprano y de manera informada puede marcar una diferencia significativa en la salud y felicidad de tu hijo.

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