20 señales de que te estás convirtiendo en señora

Cuando estaba en la “flor de la juventud”, jaja Bueno, en mis diecialgo y mis veintitantos, era un completo caos: calcetines arriba de la tv, música estridente, pelos parados y de colores… Hoy, en mis treinta, debo aceptar que inconscientemente cambié algunos hábitos, gustos y actitudes. ¿Será que me estoy convirtiendo en señora?

Veamos si te pasa igual, estas son 20 señales que creo podrían indicar que… ¡ya eres señora!

1. Tus fines de semana eran para irte al antro con los amigos. Hoy, te sigue gustando la fiesta con los cuates, pero en casita. Más relajada. 

2. Sabes cuándo es temporada de oferta y te emocionas. Ah, y ahora pones atención a los precios porque los pagas tú y no tus papás.

3. Cuando ves los "Kids Choice Awards" o los "Grammy" ya no tienes idea de quiénes son los que cantan. Incluso no reconoces a los que se escuchan en la radio.

4.  Todos los días tiendes tú misma tu cama y no soportas que tenga arrugas. Antes te valía dormirte con la cama destenida.

5. Ya no usas ropa incómoda. Incluso en tu ropa interior, prefieres sentirte a gusto, aunque no sea tan sexy.

6. Adooooras ir a tiendas de decoración. El tiempo que antes invertías en ver jeans o blusitas, ahora lo pasas entre toallas, cortinas y utensilios hermosos de cocina.

7. No sales sin algo para taparte en la noche. Antes preferías soportar el frío que cargar suéter, ahora quieres estar calientita siempre.

8. Ya no te gustan los lugares ruidosos. Si sales con tus amigas, sugieres que sea en un café para platicar.

9. Compras vino caro. Ya pasó la época de ser chelera de corazón, ahora buscas algo más refinado. Si puedes maridarlo con un buen queso, mejor.

10. Los sábados aprovechas para hacer la limpieza de tu casa o terminar tareas pendientes.

11. Comienzas a interesarte por la jardinería. Tienes tus plantitas, las cuidas y amas que le den vida a tu hogar.

12. Te has sorprendido usando frases o pensamientos reflexivos. Te das cuenta que tu mamá tenía razón.

13. Amas comprar productos de cuidado facial y compruebas que sí sirven y debiste haberlos usado desde tus veintitantos.

14. Ya le agarraste el gusto a hacer el súper, te das el lujo de comprar productos gourmet (a veces jaja) y siempre te das una vuelta en la sección de blancos y muebles aunque no los necesites. 

15. Empiezas a escuchar términos del slang juvenil que desconocías: “Helfie”, “Belfie”,  “Groufie”,  “Drelfie”, “Usie”, “Bikinibridge”, “Aftersex”, “Bedstagram”… ¡Te quedaste en la selfie!

16. Dejaste los tacones para eventos especiales, ahora prefieres los zapatos de piso cómodos. Si son tenis, mejor.

17. Evitas amanecer en una casa que no es la tuya. Antes era genial quedarte a dormir donde te caía la noche, ahora prefieres ir a tu casita, lavarte los dietes, desmaquillarte, ponerte la pijama y dormir rico en tu propia camita.

18. Comenzaste a ser dama de honor y ya te invitan a baby showers y bautizos.

19. Alguna vez te han dicho señora o, incluso tú, ya empezaste a decir cosas como “cuando era joven”, “cuando estaba chica” o “en esos tiempos”.

20. Eres una feliz mamá.

Jajaja ¿Cuántos sí respondiste? Yo muchos, incluida la 20. Sí, ya soy señora y me encanta. Los treinta son  un buen número. Y los cuarenta, y los cincuenta y los sesenta... ¡La vida hay que vivirla!

“No soy una señora 
De una conducta intachable, en la vida 
No soy una señora 
Luchando y perdiendo una guerra que se hace mi vida”  (No soy una señora de Jaime Jaime Compaire, interpretada por María José)

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