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Historia del lápiz y más datos curiosos que no sabías de este instrumento escolar y de trabajo

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La historia del lápiz, como lo conocemos hoy, comienza en la Inglaterra del siglo XVI, específicamente en la región de Borrowdale, donde se descubrió una mina de grafito puro. Este material, inicialmente confundido con una forma de plomo, resultó ser excepcional para marcar ovejas y escribir, debido a su capacidad para dejar una marca visible sobre papel y tela.

Inicialmente se usaba el grafito envuelto en pieles de animales o lazos, para evitar que manchara a quien lo usaba (si quieres conocer detalles curiosos de los lápices da clic en las imágenes y la descripción los encontrarás).

No fue sino hasta 1795 que hubo un verdadero avance en la historia del lápiz. En esta época, Francia estaba en pleno bloqueo por parte de Gran Bretaña, lo que resultaba en una escasez crítica de los recursos naturales necesarios para fabricar lápices de la manera tradicional, que dependían en gran medida del grafito puro encontrado en minas inglesas.

En respuesta a esta necesidad, Nicolas-Jacques Conté desarrolló un método para mezclar grafito pulverizado con arcilla, lo que no solo permitía la producción de lápices sin necesidad de importar grafito puro sino también la creación de minas (o puntas) de diferentes durezas según la proporción de arcilla y grafito usada. Este método se sigue utilizando en la actualidad y es la base de la fabricación de lápices en todo el mundo.

Un visionario en el mundo de los lápices: Joseph Dixon

Pocos han dejado una huella tan profunda en la historia del lápiz como Joseph Dixon. Este empresario e inventor estadounidense jugó un papel crucial en la industrialización de los lápices, llevando el lápiz de grafito a nuevos niveles de calidad y accesibilidad.

Joseph Dixon comenzó en el mundo de los lápices a mediados del siglo XIX, en una época en la que los Estados Unidos estaban en pleno desarrollo industrial. Dixon se dio cuenta de la importancia del lápiz como herramienta educativa, artística y de comunicación, pues desde entonces la gente aprendía a escribir con ellos, y vio la oportunidad de mejorar su fabricación.

La Joseph Dixon Crucible Company, fundada en 1827, se convirtió en uno de los mayores productores de lápices, con procesos de producción que permitieron la fabricación en masa de lápices de buena calidad a precios accesibles.

Dixon no solo se enfocó en la producción de lápices de grafito; también experimentó con otros productos, como el grafito para lubricantes y las varillas de carbono para los primeros focos eléctricos. Sin embargo, su contribución más duradera fue la mejora en la fabricación de lápices. La compañía introdujo métodos innovadores para procesar el grafito y la arcilla, así como técnicas para adherir mejor la mina al madero, lo que resultó en un lápiz más resistente y confiable.

El surgimiento de Ticonderoga

Con el paso del tiempo, la marca Ticonderoga emergió como un ícono dentro de la compañía Dixon. Nombrada en honor al histórico fuerte Ticonderoga, donde se dieron combates entre franceses, británicos y estadunidenses, esta línea de lápices fue hecha para mejorar la resistencia, la calidad y la tradición. Los lápices Ticonderoga son fácilmente reconocibles por su distintivo acabado amarillo y la punta de metal que asegura la goma de borrar, características que hoy son inseparables de los lápices.

Hoy en día, Ticonderoga sigue vendiendo lápices. La compañía ha adaptado sus prácticas de producción para asegurar la gestión responsable de los recursos forestales y ha incorporado tecnología para mejorar la experiencia de escritura.

Qué quieren decir los números y las letras de los lápices

Los números en los lápices indican la dureza de la mina, la cual afecta directamente la oscuridad y suavidad del trazo que dejan sobre el papel. Este sistema de clasificación, conocido como la escala HB, ayuda a seleccionar el lápiz adecuado para diferentes tipos de escritura y dibujo. La escala va desde lápices muy duros, marcados con la letra "H", hasta lápices muy blandos, marcados con la letra "B". El número que acompaña a estas letras indica el grado de dureza o blandura: los números más altos son más duros o más blandos, respectivamente.

Escala HB de los lápices

  • H (Hard, duro): Indica un lápiz duro que deja una marca más clara. Los números precedentes (2H, 4H, 6H, etc.) señalan el grado de dureza, aumentando a medida que el número sube. Los lápices "H" son ideales para trabajos detallados y técnicos, como dibujo técnico o esbozos delicados, ya que permiten un control fino sobre el trazo sin manchar el papel.

  • B (Black, negro): Significa un lápiz blando que produce una marca más oscura y es más fácil de borrar. Al igual que con los "H", los números precedentes (2B, 4B, 6B, etc.) indican el grado de blandura, siendo más blandos cuanto mayor es el número. Los lápices "B" son preferidos por artistas para sombrear y bocetar, ofreciendo una gama amplia de tonos que pueden lograrse aplicando diferentes presiones.

  • HB: Este lápiz es considerado de dureza media, equilibrado entre duro y blando. Es el lápiz estándar utilizado para escritura general y dibujo. El "HB" es probablemente el más conocido y ampliamente usado, ideal para la escritura diaria y el dibujo básico.

  • F: Se sitúa entre el HB y el H, ofreciendo una punta fina con una resistencia moderada al desgaste. Es menos común pero útil para trabajos que requieren precisión sin la extrema dureza de los lápices "H".

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