Cómo afecta el color del cuarto del bebé en su desarrollo

Es normal que cuando un nuevo integrante de la familia viene en camino sientas que te van a comer los tiempos con todos los preparativos, uno que causa mucha ilusión preparar es la decoración del cuarto del bebé.

Sabemos que lo primero que piensas es en muebles, como cuna, cambiador e incluso una mecedora, pero antes de comprar todo debes elegir el tono con el que tu peque crecerá, y aunque muy seguramente ya lo tendrás elegido o tienes en tu lista varias opciones debes saber esto antes de comprarlo.

Tu elección no debe basarse solo en función de tus gustos, sino que debes tomar en cuenta que, de acuerdo con varios especialistas, existen implicaciones psicológicas que muestran repercusiones en el crecimiento del niño.

¿Cómo afectan los colores el desarrollo de mi hijo?

De acuerdo con el libro Psicología del desarrollo humano: del nacimiento a la vejez los sentidos, como la visión y audición, se coordinan durante las primeras semanas y meses de vida de tu peque.

Con el paso del tiempo, esta coordinación aumenta, pero puede verse afectada si se sobre estimula. Por ello debes poner gran atención en este detalle, ya que de lo contrario se reducen los beneficios.

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Psicología del color en el descanso del bebé

Este estudio de la psicología te muestra cómo los tonos a nuestro alrededor afectan nuestro estado de ánimo y comportamiento, esto ha sido respaldado por el experto Lee Chambers, quien menciona que “los colores que nos rodean tienen la capacidad de influir en nuestras emociones y hasta en nuestra concentración”.

Tanto es el impacto, que según una encuesta realizada por Chambers a más de 3 mil padres en Reino Unido revelaron los efectos que tienen los colores en los bebés.

El primero es el azul, este tono es popular por su capacidad para crear una atmósfera relajante, reducir la estimulación y ayudar a los niños a establecerse y descansar mejor. Sin embargo, se mostró que es primordial controlar el tono, ya que demasiado claro o demasiado oscuro puede resultar en una habitación lúgubre o poco inspiradora.

Contrario a lo que se podría imaginar, el amarillo, un color que se conoce porque evoca neutralidad y felicidad, según Chambers, es el que provoca más llanto en los bebés.

Aunque una habitación amarilla puede crear una atmósfera feliz y aumentar el enfoque y la motivación, el experto advierte que a medida que el tono se vuelve más brillante, también aumenta la posibilidad de frustración y llanto.

Si estos dos colores no te convencen, recuerda el énfasis del especialista: todo se basa en controlar la intensidad y el brillo de la gama que elijas, con el fin de evitar reacciones no deseadas en tu bebé.

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