Con el inicio de la “Nueva Normalidad”, se van  retomando algunas actividades, rutinas de trabajo, y la activación de algunos comercios. Sin embargo, el estado de alarma por la pandemia del coronavirus hace que todavía haya límites de seguridad y restricciones para el ocio, las actividades al aire libre y el entretenimiento. Las personas que tienen que vivir este proceso con adolescentes ven que el esfuerzo para adaptarse es doble.

Los adolescentes pasan por una etapa en la que su cerebro, literalmente, se reestructura y pueden dejarse llevar por sus emociones más primarias de rabia o rebeldía. Y estos días de confinamiento pueden pasar por distintas oscilaciones emocionales que hacen que la convivencia diaria se torne complicada.

Paola Rubio, especialista invitada en la compañía edtech Aprende Institute, coach de éxito personal y en los negocios y experta en psicología positiva, menciona que para fortalecer los lazos familiares, sobretodo con los adolescentes “es necesario gestionar los sentimientos y enseñar a los hijos a hacerlo también. Cualquier nueva situación lleva un periodo de adaptación y emociones negativas que hay que gestionar en todo el proceso. El miedo, la rabia o la tristeza pueden aparecer en el ambiente de los hogares”.

Herramientas para educar a los jóvenes 

Desde hace años, especialistas han hablado de que las futuras generaciones vivirían en una sociedad VUCA (volátil, incierta, cambiante y ambigua), una situación que se adelantó y se propulsó con la crisis sanitaria por el coronavirus que ha puesto de cabeza a todo el mundo. Ante este panorama, es necesario tener las herramientas necesarias para educar a los jóvenes con más fortalezas.

La experta declara que es importante “realizar un plan psicológico para sobrellevar la situación que vivimos actualmente, que sirva para padres e hijos y el cual se reflejará en una sana convivencia familiar”. Recomiendan estas cinco técnicas para mantener y fortalecer la relación con tus hijos adolescentes:

Buena comunicación.

Esta puede ayudar a evitar cualquier tensión que surja en la familia por estar recluidos en el hogar, especialmente si, además, este tiene un espacio reducido. Para ello, se puede aprovechar el tiempo del desayuno para contar anécdotas, compartir impresiones, sensaciones y tareas del día. De esta manera los adolescentes sentirán que están en un entorno amigable en donde pueden expresar sus sentimientos y enfrentar sus grandes miedos con el apoyo del núcleo familiar.

Fomentar su creatividad.

Proponerle a los adolescentes que exploren su imaginación para producir cosas nuevas y creativas es un reto que les interesará. El abanico de posibilidades es muy amplio: escribir un relato, componer una canción, pintar un dibujo o realizar un cómic. “Esta actividad además de incentivar la producción creativa, hará que los padres se involucren más con sus hijos adolescentes, los ayudará a conocerlos mejor y saber cuáles son sus intereses particulares”, dice Paola Rubio.

Tiempo de ocio.

Lo ideal es compartir en familia alguna actividad que les guste a todos, o con la que se diviertan como ver una película o jugar algún juego de mesa. Pero también es saludable que los adolescentes tengan su propio tiempo para invertir en alguna actividad que específicamente les guste a ellos, siempre supervisada por los padres.

Límites sanos y flexibles.

Si bien los adolescentes en este momento no tendrán horarios establecidos para dormir por la falta de rutina para asistir a la escuela, querrán pasar el tiempo usando dispositivos móviles que los mantenga entretenidos hasta largas horas de la noche. La psicóloga Paola Rubio recomienda que los padres establezcan horarios prudentes para que no se descuide la calidad del sueño. “Lo mejor es no negarles realizar alguna actividad, sino negociar los tiempos”.

Encontrar el balance personal.

Es común que los padres piensen en ayudar a los hijos antes de pensar en su bienestar, pero este no debe pasar a segundo plano. Es importante que tomen conciencia de su propia condición emocional que tendrá como consecuencia una interacción asertiva. Para ello, es necesario, que además de las pequeñas rutinas que se tengan en familia, no descuiden su relación de pareja y también inviertan en actividades individuales como hacer ejercicio o meditar.

Si bien esta “Nueva Normalidad” puede representar un reto en muchos ámbitos, en lo familiar no toda esta situación es negativa, sino una oportunidad para fortalecer los lazos, especialmente con los adolescentes y hacer de este tiempo en casa un agradable momento.