Siempre que vamos a un restaurante es común que nos den popote, incluso sin pedirlo, ya es parte de nuestras comodidades diarias pero… ¿tienes idea del daño que causan en el medio ambiente?

Sinceramente yo no lo tenía bien claro, pero hace unas semanas, en la escuela de mi hija, nos invitaron a ver un video en el que se aprecia cómo un grupo de investigadores logran extraer un popote de 12 centímetros de la fosa nasal de una tortuga. ¡Impresionante y desgarrador!

El video no es nuevo, es de 2015, pero lo triste es que la contaminación va en aumento. Por fortuna en la mayoría de los países se está teniendo un debate serio al respecto.

En la Unión Europea ya se anunciaron una serie de medidas para reducir el consumo del popote y plásticos. En Chile también analizan prohibir las bolsas de plástico y en México, la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México está lanzando una iniciativa para prohibir el popote y el unicel.

Sin popote, por favor

La primera vez que escuché la campaña me pareció muy buena idea. Desde entonces procuro decir: “Sin popote, por favor”, frase que inculco a mi hija que diga cada vez que nos dan un popote por “de fault” en restaurantes.

Y es que al entrar a la página de FB de esta campaña, me enteré de cifras terribles.

1 sola persona consume 38,000 popotes en toda su vida.

En México, el 95% de los popotes no son reciclables y tardan 100 años en degradarse.  (100 años por algunos minutos de uso).

Según la Asociación Nacional de Industrias del plástico (Anipac), alrededor del 12% de la basura en México es plástico. Esto equivale a aproximadamente 10.350 toneladas diarias de las 86.343 del total de basura que producimos, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Plis, es momento de cambiar esta triste realidad. Tú también únete al movimiento antipopotes. Una sencilla frase que sirve de mucho: “Sin popote, por favor”.