Olor a recién nacido, ¿por qué es tan adictivo?

Varias amigas me han contado que su bebé huele como a pan recién horneado o vainilla, lo cual me hace mucho sentido, pues a mí también me pasó con el mío. Mi bebé tenía un olor a dulcecito que me provocaba mucha ternura.  Y es que está comprobado que las glándulas sudoríparas de los bebés recién nacidos no están aún activas, por lo que no generan malos olores y ese olor rico que percibimos durante las primeras 6 semanas, es el olor natural a bebé.

Lo primero que tenemos que saber es que el olor a bebé provoca endorfinas a nuestro cuerpo, sustancias similares que una persona adicta genera. Las endorfinas o comúnmente llamadas como hormonas de la felicidad, son opiáceos naturales generados en el cerebro. Cuando percibimos algo que nos gusta como tener a un bebé en brazos, generamos endorfinas que con el tiempo nos vuelve adictos. Los olores en sí son registrados por el cerebro para detectar si algo nos gusta o no. Con el olor de nuestro bebé, el trabajo del cerebro y las endorfinas nos hace ser adictas a su olor porque ese olor nos provoca felicidad. Es lo mismo cuando hacemos ejercicio o comemos chocolate, las endorfinas hacen su trabajo para provocarnos felicidad.

Por otro lado, de acuerdo con algunos científicos esta adicción también es provocada por el líquido amniótico sobrante del bebé, así como vérnix caseosa, que es esa sustancia blanca que cubre su piel al nacer.

Lo increíble de todas estas investigaciones es que han logrado comprobar que distintas mamás pueden reconocer a su bebé por su olor, ¡incluso con los ojos vendados!

¿Qué bonito no? Está comprobado que la conexión con nuestro bebé no sólo viene desde la pancita, sino también en sus primeras semanas y continúa para toda la vida.