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Mi hijo tiene un año y quiere seguir tomando pecho

Mujer amamantando con pantalón verde

Mi hijo tiene un año y quiere seguir tomando peche Foto iStock

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Aunque en los últimos años hemos visto que cada vez hay más conciencia sobre la importancia de la lactancia, hasta el punto que las famosas la promueven en sus redes sociales, todavía hay quienes te pueden hacer sentir que algo no estás haciendo bien.

Y es que nunca falta el o la metiche que, de la nada, suelta el consejo no pedido: “ya tiene un año, no deberías seguir dándole pecho”. 

Pero te tengo buenas noticias: ya no tienes por qué seguir haciéndole caso. Es más, ni te molestes en escucharla. O si de pronto te entran ganas de replicarle, aquí te paso unos datos de la Organización Panamericana de la Salud para que la dejes callada, pero sobre todo, para que tengas la tranquilidad de que tú lo estás haciendo bien.

 

¿Hasta qué edad le debo dar pecho?

 

Según la Organización Mundial de la Salud, durante los primeros seis meses de vida tu bebé debe de alimentarse exclusivamente de leche materna. Pero esto no quiere decir que después de ese lapso hay que quitarle este alimento, sino que debes ir introduciendo poco a poco otros alimentos a su dieta mientras continúas dándole pecho hasta los dos años de edad.

Además, como verás a continuación, no sólo no estás haciendo nada mal al prolongar la lactancia de tu hijo, sino que al contrario, lo estás protegiendo de daños graves y potencialmente irreversibles.

 

Mamá dando de comer a su bebé

 

¿Qué pasa con los bebés que no se alimentan de leche materna durante sus primeros meses de vida?

 

Leucemia, síndrome de muerte súbita infantil, retardo en el crecimiento físicos, sobrepeso, obesidad, diabetes y daños en el desarrollo del cerebro son algunos de los padecimientos que puede prevenir la lactancia materna.

Además, tú también obtendrás beneficios, pues ¡amamantar quema calorías! Y aquí, entre nos, te voy a confesar que yo nunca estuve tan delgada como cuando cuando estuve lactando.

Así que ya sabes: lo estás haciendo bien. Que no te importe lo que te dicen “de buena fe”. Y si tienes dudas, siempre consulta a tu pediatra.

 

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