Los terribles 2… ¡y 3 y 7 años!

¿Han escuchado hablar de los terribles 2 años? Pues tooooodos los chiquillos de este planeta pasan por esta especie de “adolescencia temprana” que incluye todo lo que los jóvenes hacen. Si no tienen una idea, les cuento:

- Su palabra favorita es “no”

- Desafían la autoridad

- Se creen el centro del universo

- Creen que pueden hacerlo todo solos (cuando ni usar el baño saben)

- Avientan cuanto juguete llega a sus manos

- Son la revolución personificada

- A todo objeto le hallan “utilidad” y pueden tener un arsenal de basura escondida debajo de la cama

- Un día aman con locura a sus padres y al otro no los pueden ver ni en pintura

- “Amenazan” con irse con alguno de los dos padres y se rebelan contra todo lo que mamá dice

- Mamá, sí, MAMÁ es la principal enemiga a vencer: es la autoridad a desafiar, el imperio a derrocar, el gobierno al cual dar un golpe de Estado…

¿Notaron que no es naaaada diferente a la adolescencia tradicional? Es exactamente lo mismo. Ahora imagínense que en casa hay TRES duendecillos que pasan por esta situación AL MISMO TIEMPO. Les cuento. Ximena tiene un año y tres meses, pero pareciera que ya está más cerca a los dos años; Dany en mayo próximo cumplirá 4 y es el berrinchudo número uno, ¡ah, pero Goretti no se queda atrás! A casi medio año de haber cumplido los 7 parece toda una joven con arranquitos propios de los 15 años. Les daré unos ejemplos:

*XIMENA*

El caos comienza cuando se levanta (en promedio a las 6 AM), desde ahí no para y se hace de vuelta y media a mi señora madre porque se dedica a sacar los tuppers y tapas de la cocina, a meter los pies en los vasos, a comerse las agujetas de sus tenis y a llorar a grito pelado si mi madre tiene la osadía de cambiarle el pañal. ¡Arde Troya! Comienza a patalear, a girar y a defenderse como gato bocarriba, ¿la razón? Le quitan los zapatos para poder cambiarla y ella cree que no podrá irse de nuevo a hacer travesuras con sus “papos”.

Llega un momento que mi mamá le dice: “Ximena, ven a comer”, ella ni la pela, la sientan en su silla y comienza la lucha: si Xime dice “abua”, es darle agua EN ESE INSTANTE o se niega a comer. Pasa que cuando está satisfecha escupe la comida o da un manotazo. Comienza a revolverse en el asiento y he sido testigo de cómo se levanta de la periquera para escapar. Si mi hermana o mi mamá le dicen “no”, ella ni se inmuta y sigue en lo suyo o les dice “¡mémame!”, o sea “¡déjame!”. Lo verdaderamente preocupante es cuando tiene calor o cuando se molesta porque tiene sueño: ha llegado a llorar tanto que hasta vomita, se pone pinta y se priva tal cual como…

*DANIEL*

… sí, su primito. Dany es el niño más tierno, dulce y bondadoso del planeta, pero lo que tiene de eso, lo tiene de voluntarioso. Igualito a Xime las cosas son AL INSTANTE, dice rojo y es rojo. Para él no hay medias tintas, es o no es, punto. Como comúnmente se dice “se monta en su macho” y de ahí nadie lo baja. Es experto en ignorar a las personas, sea su abuela, su tía, su padre o hasta yo, y puede uno estar frente a él diciéndole su nombre y JAMÁS REACCIONA, hace de cuenta que la otra persona no existe. Sólo hasta que se le llama varias veces, con parsimonia responde “mande”. Es desesperante.

¡Ah, pero que no fuera al revés! Al primer “mamá-papá-abuela-tía” es estar ahí sin rechistar, de lo contrario es escuchar una serie de “mamá-mamá-mamá-mamá-mamá” que no se acaba. Si dice “¿me das agua?” es porque ya debe estar servido el vaso justo antes de que el señorito empiece a comer. Si tira sus juguetes, él simplemente espera que sea yo quien recoja porque al mandarlo esgrime el pretexto de que “está muy cansado” o “soy muy chiquito y no puedo hacerlo”. Ajá, sí, cuando le conviene. De más pequeño decía “¡béfame!”, es decir, “¡déjame!” (¡oootro igual!). Ha dado cuenta de las plantas de mi señora madre, se moja con el agua reciclada hasta que termina todo empapado (desafiando abiertamente la autoridad de quien sea) y exige (sí, EXIGE) para dormir en casa de su abuela que su leche le sea servida en biberón, es decir, a punto de cumplir CUATRO años sigue creyéndose bebé chiquito, lo que me recuerda a…

*GORETTI*

… la iniciadora de todo. La que les puso el ejemplo y la que aún hoy hace unos berrinches olímpicos dignos de poner a prueba hasta al más paciente. También a los 3 años se levantaba cada tres horas a comer como recién nacido. Al poco tiempo se le quitó, pero hoy Gore es experta en dramas, llora de casi cualquier cosa y pone su carita de tristeza si se le niega algún dulce. Las lágrimas le brotan fácil si le decimos que no puede quedarse en casa de la abuela o si no le compramos un juguete porque ya tiene muchos. Desde que era una bebé pasaba lo mismo que con Ximena: lloraba hasta vomitar, se le ponía rojísima la cara y las venitas de debajo de los ojos como que se le “rompían” y se veía toda pinta. Aventaba juguetes si no le gustaban y su frase favorita era “nooooooo”. Se volvió experta en desafiar mi autoridad y en refugiarse en la abuela o en su padre para lograr lo que quería.

Hoy, sigue con sus berrinches, pero son cada vez más fuertes, con drama, llanto y pataleo incluido. Ha llegado a hacer su show en plena calle, a agarrarse fuerte del marco de la puerta del coche y a detenerse con todas sus fuerzas con tal de que no la suba para irnos a casa. Me voltea los ojos si la regaño y me dice “aaayyy mamáaaaa” en un tonito de desespero y abiertamente me dijo que no me obedece porque “me quiere llevar la contraria”. Con Gore ya pasamos por los terribles 2, 3 y ahora los 7. Con Dany, los 2 y 3, y Xime va apenas para el 2… se puede decir que ya la llevamos de gane, pero el detalle es que cuando Xime vaya por la “tercera adolescencia” de los 7 años, mi Gore estará en plenos 13… no quiero imaginarme cómo será aquello…