Seguramente te enteraste del caso, hace un par de meses, de unos médicos que festejaron el año nuevo en pleno quirófano, mientras recibían al primer bebé del año. Entre gritos, sombreritos y serpentinas más de 20 personas estaban ahí celebrando el nuevo año sin importar la incomodidad de la paciente.

El video, que fue grabado en algún hospital de Guatemala, se hizo viral y puso en la conversación algo que hemos vivido muchas mujeres embarazadas: violencia obstétrica.

Cállate y puja

El panorama en México no es alentador. Aunque no hay estudios oficiales recientes,  el Comité del Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género (Coceameg) indica que a este tipo de daño se exponen, en promedio, más de 6 mil 800 mexicanas al día, de las cuales 475 mil son madres adolescentes en situación vulnerable.

Este tipo de violencia se genera durante el embarazo, el parto y el puerperio. Comprende desde regaños, burlas, ironías, amenazas y humillaciones hasta manipulación de la información, negación del tratamiento,  indiferencia durante la atención médica, cesáreas innecesarias e incluso obtención de permiso para esterilización durante el trabajo de parto.

La situación es preocupante y ocurre en todo el mundo. Por eso me acordé de una campaña que hizo la artista fotográfica  Carla Raiter y la productora Caroline Ferreira, en Brasil, en donde plasman algunas de las formas más comunes de violencia obstétrica.

Cicatrices, retratos, historias sorprendentes. Porque tendemos a normalizarla, a no identificarla como violencia, pero ahí está, lacerándonos. Me parece importante que conozcas estas imágenes. Ojo, sé que hay médicos maravilloso que nos tratan con respeto, pero hay que visibilizar esta parte oscura. Dales clic a las fotos de arriba.

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