“Esa no es Goretti… ¿o sí?”

Por: Faby Hdz-Perez

se me borró por completo que habría junta en el salón de Gore y no fui. Por la tarde el profesor mandó un mensaje de agradecimiento y por eso me acordé. He tenido mucho trabajo estos días y siento que no le veo fin, pero estoy pendiente de mis niños y sus clases. De remate, el mismo martes por la tarde me llama mi señora madre y me dice que Gore perdió el suéter.

Llegué con Dany (¡error!) y ahí empezó el caos: se salió del salón cuando las puertas de la entrada todavía estaban abiertas, andaba por el patio como Pedro por su casa y no me hacía caso, corría por doquier y si le hablaba me ignoraba olímpicamente.

No podía yo hablar con el profesor porque mi querido hijito insistía en no obedecer y Gore igual.

No había control, pero era ocasionado por MIS hijos. Total que 20 minutos después, el profesor ya me había dado un suéter “de consolación” (by the way: de niño ¬¬’) y me disponía a irme cuando Dany empezó a hurgar en la caja de juguetes que tienen ahí. Sacó un Superman y se tranquilizó. Pero Gore seguía inquieta, así que le pregunté al profe si teníamos problemas con ella.

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Ahí sucedió lo peor: el profesor comenzó a describirme a una Goretti que no conozco:

-“Sí señora, es que ha estado muy dispersa, es muy inteligente y aprende muy rápido, es educadísima, amable, generosa… vaya, una niña impecable, pero tiene arranques emocionales que me sorprenden: no le puedo decir que su tarea está mal porque se pone a llorar, si le llamo a atención igual, come cantidades industriales de chile en la fruta, les compra comida a sus amiguitas, pero ella misma no come porque su mejor amiga está a dieta controlada por su sobrepeso y se la pasa comiendo dulces… le pregunto qué tiene y me dice que extraña a su papá”, me explica con paciencia el profe mientras yo no doy crédito a lo que me dice.

No es que no le crea que extraña a su papá, eso lo sé de sobra. Lo que me sacó de onda fue saber todo lo demás. Por ejemplo, ella no come chile y toda su comida la hago sin picante, ¿entonces? Si yo le digo que su tarea está mal y que la vuelva a hacer no llora, sólo refunfuña, pero lo hace. En lo que sí le creí fue que si le llaman la atención llora. Justo ayer por la tarde les hizo un berrinche marca diablo a mi mamá y a mi hermana que estuvieron a punto de regalarla con el señor de la basura. Dany lo mismo: escupe, patea y pega si algo no le parece y se encaja con mi hermana. Sé perfecto el origen de todo y me siento absolutamente responsable de que hayamos llegado a esto.

Tomando cartas en el asunto

Desde que me separé, mi señora madre me sugirió que llevara a mis niños al psicólogo. Como buena hija que soy, tampoco le hice caso y dejé que pasara el tiempo. Creí que con que su padre los viera cuando él quisiera era suficiente, con poner el ejemplo de tratarlo con cordialidad, amabilidad y sin pelear sería bueno para que nos vieran tranquilos, con llamarlo por teléfono y que lo saludaran diario era mejor, con que se fueran con él los domingos a dar la vuelta era lo que necesitaban. Obvio no.

Lo mismo el psicólogo: él nos va a ayudar en lo que yo no puedo, orientarla y guiarla para que saque su frustración, su tristeza y canalice todo eso en algo positivo. Me escuchó y (no de muy buena gana) aceptó ir. Tenemos la cita para este sábado y debo admitir que tengo miedo.

Miedo de que esto se haya salido aún más de control, de que yo tampoco sea capaz de manejarlo, de que según yo ya sané y estoy súper bien con mi vida y que no sea así. Si yo no estoy bien, no puedo ofrecerles estabilidad a mis hijos. El primer paso es aceptar que necesitamos ayuda. No es preguntarse qué hacer, sino cómo lo puedo hacer para tener un resultado positivo. Quiero que mi hija empiece su terapia, aunque sé que debió ser hace dos años. Es muy pequeña aún para manejar una separación, un cambio de rutina y no ver a su papá en casa. Me tardé en dar ese paso, me tardé en decidir apoyar emocionalmente a mi hija, me tardé en darme cuenta que no son los tiempos de antes en que nos ponían regañizas, un chanclazo y hasta ahí, me tardé en ver que los berrinches, los dramas, los llantos y los gritos no son de a gratis… me tardé y mucho… pero aquí estoy para apoyarla y ser la mamá que ella merece… ahora sí estoy haciendo lo correcto… espero.

Aclaracion:

El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, mas no la ideología de Melodijolola.com

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