¿En qué consisten las lesiones fantasma en niños y cómo abordarlas?

Seguramente ya habías escuchado hablar sobre el dolor fantasma, que de acuerdo con el sitio especializado Mayo Clinic, se presenta en personas a quienes se les amputó alguna extremidad, sin embargo, no solo se presenta específicamente en este caso.

Los niños pueden llegar a presentar lesiones fantasma, ya que durante la infancia suelen practicar actividades deportivas que son bastante competitivas.

Pero hay casos en donde los menores son incapaces de manejar la presión que les ejerce alguno de los deportes que practican y empiezan a manifestar dolores corporales, dificultad para moverse y otros malestares físicos.

Sin embargo, a la hora de hacer exámenes clínicos no aparece en los resultados la presencia de ninguna lesión real, por lo que estas patologías se conocen como lesiones fantasma en niños.

¿Qué es lo que sienten los menores con lesiones fantasma?

Los niños que sufren de lesiones fantasma sienten un dolor real, como si tuvieran una lesión traumatológica en alguna parte de su cuerpo.

En este tipo de casos, los menores tienen una sensación física en alguna de sus extremidades que se origina a nivel cerebral por un malestar emocional.

Es una condición que se puede convertir en crónica, pues puede afectar la vida cotidiana de los niños todos los días.

Al ser un padecimiento que se origina en la esfera cerebral con el paso del tiempo puede afectar el entorno social y emocional del infante, pues todo el tiempo sentirá un dolor que pasará por momentos o que en realidad permanecerá ahí.

Este tipo de dolor fantasma se puede describir como un disparo, una puñalada, un calambre, un pinchazo, un apretujón, una pulsación o ardor.

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¿Cómo se pueden tratar las lesiones fantasma en los niños?

Si sospechas que tu hijo está teniendo una lesión fantasma, lo primero que tienes que hacer es llevarlo al doctor.

El especialista realizará una valoración física y le indicará algunos estudios par descartar que sea una enfermedad fisiológica.

Si se descartan las lesiones orgánicas o alguna enfermedad, el doctor se canalizará con un psicólogo o terapeuta, ya que en este sentido el malestar se debe atender a nivel psicológico, al ser una respuesta que se está generando directamente desde el cerebro.

Ante esta situación es muy importante seguir de cerca las terapias de los niños, pues los papás tendrán que entender el origen de esta situación.

Durante el proceso del abordaje psicológico el pequeño conseguirá de manera inconsciente suspender las actividades deportivas que estaba realizando.

Lo que le permitirá descansar de este gran estrés emocional que estaba sufriendo a causa del miedo de perder en los juegos o competencias.

Para prevenir estas afecciones en los pequeños es importante que los papás disminuyan las exigencias competitivas y escuchen a sus hijos si les dicen que no sienten bien al practicar cierto tipo de deportes.

En algunos casos estas exigencias vienen de los entrenadores, es por eso que la presencia de los padres en sus actividades es fundamental.

La actividad física en los niños es muy importante, pues mejora su desarrollo motor, mejora el descanso nocturno y la concentración.

Además de que hacer deporte mejora sus habilidades sociales, pues los hace más seguros de sí mismos.

El deporte en la infancia es saludable, lo único que tienen que hacer los padres es vigilar el desempeño de sus pequeños, no exigirles y estar atentos a sus emociones.