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Cuando un berrinche es síntoma de algo más grave

Cuando un berrinche revela algo más grave

Cuando un berrinche revela algo más grave Foto: iStock

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Los berrinches son, hasta cierto punto, normales, sobre todo cuando los niños están entre uno y tres años de edad. Sin embargo, hay algunos focos rojos que nos podrían revelar cuando es síntoma de algo más grave, un trastorno o padecimiento importante. 

¿Por qué hacen berrinches?

Cuando los niños son pequeños aún no saben manejar sus emociones, es ahí cuando los berrinches surgen de manera espontánea e inconsciente. Los pequeños pierden el control sobre sí mismos, no dimensionan las consecuencias y les cuesta trabajo actuar de acuerdo a las normas.

Los berrinches generalmente se producen cuando los niños enfrentan situaciones que los hace sentirse frustrados, enojados, con miedo, angustia o como una respuesta a su deseo de ser más independientes.

Hay situaciones que los catapultan:

Fatiga, hambre, incomodidad, sobre estimulación (por ejemplo que tenga hambre y sueño a la vez, no sabe qué necesidad es primero).

Cambios en la rutina (primer día de escuela)

Dificultad para expresar lo que siente

Búsqueda  de atención

Deseo de hacer algo

Imitación

Sobreprotección

Frustración por no poder obtener algo con sus propios medios.

Berrinche

¿Cuándo ya no es un berrinche “normal”?

Los berrinches pueden ser considerados graves bajo ciertas circunstancias muy específicas. Por ejemplo:

1. Problemas emocionales: baja autoestima, depresión, trastorno por déficit de atención (TDAH), trastorno bipolar, manía, trastorno disruptivo.

Para identificarlos debes poner mucha atención. Si tu niño tiene más de tres años y muestra cambios de humor repentinos. Que  el mismo día esté eufórico o enfadado, feliz o triste. O si de un tiempo para acá se muestra más arisco y hostil. Si notas que tiene desinterés por las cosas, se muestra rebelde, molesto, violento, tiene cambios en sus hábitos de sueño (lo ves con ojeras, sufre de insomnio o tiene pesadillas) o parece haber perdido ilusión por las cosas… ¡Son focos rojos de algún problema emocional que debe ser atendido con urgencia!

2. Problemas de visión, audición o enfermedad. 

Los berrinches también se han vinculado con problemas de audición, visión, enfermedades crónicas, retraso en la aparición del lenguaje y problemas de aprendizaje.

Para descartar estos padecimientos, es fundamental llevarlo a hacer un chequeo médico general.

Niño haciendo berrinche

3. Alimentación con exceso del dulces y colorantes artificiales.

El azúcar es una sustancia adictiva y cada vez hay más evidencia que relacionan un exceso en su consumo con problemas de concentración, liberación de adrenalina que afectan el comportamiento y el rendimiento escolar del niño. Por otro lado, también se ha detectado que algunos colorantes, aditivos y conservadores alimenticios tienen incidencia en un incremento en la frecuencia y duración de los berrinches.

4. Problemas neuronales

Hay casos en los que se ha visto que los berrinches son provocados por descargas de tipo epiléptico y se asocian con patrones alterados de la actividad eléctrica cerebral.

Tranquila, en la mayoría de los casos los berrinches son conductas pasajeras y forman parte del proceso de aprendizaje infantil, solo hay que estar pendiente a las señales de alerta que podrían indicarnos que “algo más” pasa en nuestro niño.

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