Cómo prevenir e identificar el bullying en los niños

Por todos lados hemos escuchado la palabra bullying. Hay campañas en las escuelas para prevenirlo, se habla de él en los medios de comunicación, incluso hemos sabido de casos lamentables de niños y adolescentes que después de mucho tiempo se atreven a denunciar y a visibilizar un problema que está ahí, latente y que podría afectar a quienes más queremos, nuestros hijos.

Es por eso que me acerqué a la Maestra Sandra Schaffer, ella es directora del Centro Psicoaprende y de la Fundación Neurociencias, para entender un poco más acerca de lo que es el bullying y qué relación tiene con la depresión infantil.

¿Qué es el bullying?

El bullying es un comportamiento agresivo intencional y repetitivo que se puede manifestar de forma física, verbal o social (incluido la exclusión al grupo o el acoso digital). No son “bromas pesadas o juego entre niños”, es una intimidación constante y que cada vez se hace más violenta.

“El bullying así empieza, con la burla, esa es una forma de molestar a otra persona. Poco a poco va incrementando. El tipo de acoso puede ser de diversas formas: física, psicológica, verbal”, explica Sandra Schaffer

De acuerdo con la especialista, si nuestro niño nos advierte que algo está sucediendo, si nos cuenta que se enfrentó con determinado niño, no hay que tomarlo a la ligera. Debemos darle seguimiento, hablar con las autoridades escolares, con el otro niño y con sus familiares.

¿Se presenta solo entre compañeros?

Una de las falsas creencias que tenemos es que el bullying se presenta solo entre niños. Sin embargo esto  no es así: “El bullying es algo constante, es hacer sentir mal a la otra persona. Y no solo es por parte de los compañeros, puede ser cualquier persona alrededor: tíos, conocidos, maestros…”

Identifica el tipo de bullying

Lo primero que debemos hacer es identificar el bullyng. Como lo señaló la experta, puede presentarse en los siguientes tipos, muchas veces todos de forma simultánea:

Agresión física: empujones, patadas, agresiones con objetos, golpes.

Verbal: insultos, motes, menosprecios en público, burlas, resaltar y hacer mofe de características físicas.

Psicológico: amenazas, manipulación, intimidación, chantaje, se busca destruir la autoestima y fomentar sensación de temor.

Social: se busca aislar al afectado del resto del grupo. Puede ser directo, excluir, no dejar participar en actividades sacarlos del grupo o indirecto, como ignorar, hacer como que no existiera.

Pistas para detectar si tu hijo sufre bullying

- Miedo o rechazo a la escuela o a donde se encuentra el acosador.

- Aislamiento

- Pérdida del apetito

- Dificultad para dormir

- Reacciones violentas frente a su familia

- Animo decaído

“Hay ciertos síntomas o manifestaciones que son importantes. Por ejemplo, si un niño siempre juega y deja de hacerlo. O si de pronto ya no quiere hacer actividades que le gustaban, puede ser una pista. Niños que ya controlaban esfínteres y de pronto tienen regresiones.  Problemas para dormir, que despierte en la noche con pesadillas. Si llora con frecuencia, quiere estar solo, se aísla… Hay veces que empiezan a somatizar: les duele el estómago, la cabeza, se sienten mal”, nos explica Sandra Schaffer

¿Qué hacer?

La Mtra Schaffer me explicó “que debemos empezar a averiguar por qué se siente así, qué es lo que lo intimida. Debemos hacerlo sentir que lo apoyamos y que aunque se sienta amenazado debe decir la verdad. Desde cosas que no parecieran tan importantes como que le quiten el lunch o el dinero,  para el niño sí es relevante. Hay que tener esa comunicación”.

Finalmente la experta indica que el bullying y la depresión infantil están sumamente relacionados. “Definitivamente sí hay un vínculo con la aparición de la ansiedad y la depresión. Se han hecho estudios psicológicos que también lo asocian con bajo rendimiento académico y menor compromiso al hacer las tareas. Eso hay que tenerlo en cuenta.”

“Los papás deben comunicarse con los maestros ante cualquier síntoma. Hay  normas en los colegios. El bullying es una situación de importancia. Debemos brindar ayuda al niño que está siendo acosado, pero también al que hace la agresión porque también necesita ayuda. Generalmente los niños que hacen bullying están siendo agredidos  tanto física como emocionalmente, entonces vienen y se desquitan con otros niños. Hay que recordar que todo esto puede desencadenar incluso el suicidio. Hay estadísticas que dicen que uno de cada tres niños ha sufrido bullying, es más frecuente de lo que se cree, así que debemos estar alertas”, concluyó Sandra Schaffer