Equivocarse no está mal, es una oportunidad para aprender de nuestros errores y hacer las cosas mejor la próxima vez. Tenemos la idea de que el fracaso es "algo malo", pero la realidad es que hay dos rutas: tirarnos al piso y llorar pensando que somos lo peor, o usar el fracaso para trampolín, analizar e identificar nuestras fallas, y convertir este pequeño bache en aprendizaje. 

¿Qué camino quieres tomar? El de la tristeza o el de la oportunidad

Te hablo primero a ti porque debes entenderlo antes de que intentes transmitir el mensaje a tus hijos. Cualquier "fracaso", tiene muchos matices. Por generaciones acostumbramos a ver las cosas negras o blancas, pero los seres humanos no somos asi, la vida no es así. 

Muchos estudios científicos han demostrado que equivocarse es de hecho positivo. Es experiencia, pero también ayuda a que el cerebro identifique las rutas fallidas. Vayamos por partes:

Equivocarse ayuda a la memoria

De acuerdo con Andrée Ann Cyr y Nicole D. Anderson, científicos de la Universidad de Toronto, la mejor manera de retener la información es realizando lo que se conoce como ‘aprendizaje prueba-error’.

Los investigadores realizaron un estudio con 65 voluntarios de 22 años y 64 voluntarios cuya edad se situaba sobre los 72 años. Cada participante  aprendió una serie de palabras  que se relacionaban entre sí de dos formas: por semántica o pertenencia de las palabras ("flores", por ejemplo) o por el comienzo de la palabra, es decir, la raíz ("depor").

Enseñaron la mitad de las palabras a cada participante; la otra mitad debía averiguarlas haciendo preguntas, equivocándose hasta acertar. En la siguiente parte de la prueba, como pista, o bien se les dejaba ver a los participantes el comienzo de la palabra o bien se les decía la categoría a la que pertenecía. Cada participante hacía las preguntas que necesitaba hasta acertar la palabra que estaban buscando.

La idea era descubrir si los participantes recordaban mejor una palabra al haber tenido errores mientras la estaban buscando que si la hubieran acertado a la primera.

El resultado fue afirmativo. Efectivamente, se demostró que sí, que cada palabra acertada después de haber cometido un error era mejor aprendida. De hecho, el error era relacionado después con la palabra y hacía que esa palabra fuera recordada de una forma más fácil. 

En otros datos, se vio que era más fácil para todos los participantes recordar una palabra de la que se había dado la información de categoría (por ejemplo, "flores") que aquellas de las que se le daba la primera sílaba (raíz, por ejemplo "depor"). Ambos grupos, tanto los de 22 años, como los de 72, tuvieron resultados similares.

Con este experimento se demostró cómo la memoria estructura la información, relacionando conceptos en lugar de basarse en la información léxica (sílaba por la que empieza). Es decir, cuando se piensa en la palabra en "clavel", es más fácil que la mente salte a otra flor, como la rosa, que a otra palabra que empiece por la misma sílaba, como por ejemplo, "clavo’".

¡Interesante!

Equivocarse es bueno para aprender

Los seres humanos aprendemos con base en la prueba y el error. Los bebés aprenden a caminar, ¡cayéndose!, aprenden a hablar, ¡diciendo mal las palabras!, aprenden a escribir, teniendo al principio muchas faltas de ortografía. Entonces, ¿por qué el miedo a equivocarnos? 

Es mucho más fácil llegar al conocimiento a través del error, que memorizarlo desde el principio de la forma correcta. Pero el estudio anterior no es el único que habla de los beneficios e equivocarse.

Psicólogos de la Universidad del Estado de Michigan, en Estados Unidos, demostraron que para aprender de nuestros errores ayuda tener la sensación mental de que podemos crecer, o la creencia de que la inteligencia es algo en lo que podemos trabajar y desarrollar. En un estudio con 123 niños, observaron que aquellos que pensaban que la inteligencia no era algo fijo prestaban más atención a sus errores y por ello aprendían más.

¿Qué significa lo anterior? Que debes inculcarle a tus hijos que siempre pueden mejorar. La inteligencia se puede ir trabajando. Es cierto que hay niños muy listos, pero probando, equivocándonos, volviendo a probar es como logramos nuestras metas. 

Cómo enseñar a tus hijos que es bueno equivocarse

1. Diles que así se aprende
2. Tiene su lado positivo, muchos científicos han hecho sus descubrimientos gracias al error. ¿Sabías que gracias a un descuido Alexander Flemming descubrió la penicilina? 
3. Nuestros errores nos enseñan quiénes somos. Oscar Wilde escribió: "la experiencia es el nombre que todos le dan a sus errores".
4. Nos ayuda a conseguir nuestras metas. Theodore Roosevelt dijo: "El único hombre que no comete errores es el hombre que nunca hace nada".
5. No ayuda a identifica nuestras prioridades. En un discurso de graduación de la Universidad de Harvard, en 2008, JK Rowling describió que haber fracasado "a lo grande" a los veintitantos años —cuando su matrimonio se deshizo y vivía en la pobreza junto con su hija— la ayudó a tener éxito como escritora. "Dejé de pretender ante mí misma que era otra cosa que lo que era, y empecé a dirigir toda mi energía a terminar el único trabajo que me importaba... Eso me liberó, porque mi mayor temor se había hecho realidad y yo aún estaba viva y todavía tenía una hija a la que adoraba, y tenía una vieja máquina de escribir y una gran idea".
 

Fracasar te hará reír en el futuro

¿Quieres más motivos para ver el fracaso como oportunidad? Quizá ahora estás angustiado, pero más tarde, cuando pase el mal sabor del error, te darás cuenta que no era tan grave como pensabas. Y sí, te sacará una sonrisa. 

Como ves, fracasar NO es malo y así es como debes explicarlo a tus niños