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Comerse la placenta, ¿es posible?

¿Se puede comer la placenta?

¿Se puede comer la placenta? Foto:iStock

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Hace poco mis amigas y yo discutíamos sobre la placentofagia, es decir, comerse la placenta después del parto. Las opiniones estaban divididas, mientras algunas decían que era asqueroso, otras comentaban los beneficios nutricionales que puede tener. Hoy quiero hablarte de los pros y contras de esta práctica:

Placenta dentro del

¿Se puede comer la placenta?

La respuesta es sí, ahora la pregunta es ¿qué tan bueno o mal podría tener esta práctica? Hace unos años Kim Kardashian causó revuelo por anunciar que se había comido la placenta de su segundo hijo Saint.

A través de su cuenta de twitter aseguró que tenía muchos beneficios, incluido evitar la depresión posparto. Ojo, no estamos hablando de comerse la placenta, tal como sale del vientre (como muchos animales hacen por instinto, de hecho el ser humano es el único mamífero que no lo hace), sino que llevan un proceso de deshidratación  y encapsulamiento para que sean consumidas como vitaminas.

“Deliciosas cápsulas de placenta. Me pondré muy triste cuando se me acaben, realmente cambian la vida”, escribió Kardashian en la red social.

Tweet Kim Kardashian sobre su placenta

En México, Zuria Vega publicó en su red social que se había comido la placenta de su bebé en licuado. Incluso aseguró que es deliciosa.

Foto: Instagram

 

¿Qué beneficios tendría comerse la placenta?

Durante el embarazo el bebé toma los nutrientes que necesita de su mamá, tenga o no suficientes. Si bien es cierto que durante el proceso debemos consumir vitaminas y alimentarnos lo mejor posible, la realidad es que el desgaste de nuestro cuerpo es muy elevado.

Una vez que damos a luz, las demandas en nuestro cuerpo no terminan. El doctor australiano Oscar Serrallach acuñó un término para esto: deterioro posnatal.  Es decir, de acuerdo con el especialista las mujeres cuando tienen bebés están mermadas nutricionalmente al menos un año después del parto. Es por eso que incluso la OMS recomienda espaciar los embarazos entre dos y cinco años para que la mamá tenga suficiente energía.

La placenta es altamente nutritiva

En este sentido, comer la placenta sería una bomba nutricional que ayudaría a que la mamá se recupere más rápido. Pero no solo eso, quienes están a favor de la placentofagia enumeran los siguientes beneficios:

Brinda equilibrio hormonal:  Durante el embarazo nuestro cuerpo está repleto de hormonas, pero al dar a luz sufrimos un bajón repentino. Esta es la razón por la que algunas sienten tristeza, debilitamiento y ganas de llorar cuando recién tienen a su bebé. La placenta está llena de hormonas, incluidas el estrógeno y la progesterona, así como oxitocina (la famosa hormona del amor) y prolactina (que estimula la producción de leche materna).

Aumento de nutrientes: Ya te dije que la placenta es una bomba nutritiva. Contiene vitaminas y minerales, incluyendo hierro y vitaminas del complejo B (6 y 12), así como aminoácidos y grasas esenciales. Consumir la placenta podría ayudar a recuperar los nutrientes que se perdieron en el embarazo y el parto.

Para una rápida curación: La placenta también contiene células madre, lo que ayudaría a acelerar la curación del útero después del parto y disminuiría el sangrado posparto.

La placentofagia no es algo nuevo, en muchas culturas ya se acostumbra, incluso la guisan como cualquier carne. Y no solo es consumida por la madre, hay pueblos que la ocupan para tratar la disfunción eréctil y la infertilidad.

Hoy la opción más viable es a través de cápsulas. Jodi Selander, fundadora de Placenta Benefits, fue quien patentó el proceso de encapsular la placenta. El proceso es el siguiente:

Después del parto se guarda y refrigera.
En un ambiente estéril se enjuaga para quitar la sangre.
Se cuece ligeramente
Se rebana finamente y se deshidrata por 18 horas.
Una vez seca se muele y guarda en píldoras.

Cápsulas de placenta

¿Qué peros tiene?

Hay muy pocas investigaciones que confirman los beneficios o alertan los posibles riesgos de la placenta. Hay quienes dicen que sus efectos positivos son solo placebos creados por sugestión, pero muchas aseguran que es buenísima. La realidad es que no se ha estudiado a fondo.

Otro punto negativo es que no es fácil encontrar quien realmente sepa encapsularla. Sí hay en México, pero hay que estar atentas a que sean profesionales y sepan trabajar con patógenos en la sangre. Pregunta siempre por el proceso que usa para limpiar su equipo. Si prepara la placenta en tu casa, donde tú veas exactamente lo que hace, será mejor.

 

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