Saltar al contenido principal | Saltar A búsqueda | Alto Contraste

Auxilio: ¡tengo un hijo adolescente!

Adolescente estresado

Tengo un hijo adolescente / Imagen: iStock

De amiga a amiga, los tips más selectos directo en tu correo.

Al hacer click en Suscríbete elegirás el contenido que quieras recibir en tu correo y quedarás suscrito a nuestro boletín el cual podrás cancelar en cualquier momento; no olvides revisar tu carpeta de Spam.

Depresión, dependencia al alcohol o a las drogas, enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados y hasta intentos de suicidio, son algunos de los problemas que aquejan a los adolescentes hoy en día. 

Como mamás, nos da miedo pecar de sobreprotectoras porque pensamos que lo único que vamos a lograr es alejarlos aún más, sin embargo tenemos que estar conscientes de la importancia de cuidarlos.

Y si todo esto te suena muy difícil, no te preocupes, porque juntas podemos encontrar la solución: yo también soy mamá de una hija adolescente.

 

Mantengan la comunicación

 

Aunque es probable que en esta etapa de la vida no seas su persona favorita, es muy importante hacerle saber que puede contarte lo que sea, que no la o lo vas a juzgar ni a regañar (y cumple tu promesa, por muy difícil que parezca).

Puedes empezar a ganar su confianza compartiéndole cosas importantes de tu trabajo, de tu infancia, de lo que sientes con respecto a tus amigas, etcétera.

También procura preguntarle sobre cómo le va en la escuela, qué tal sus amigos, si tiene pareja o está enamorado de alguien, si ya mantiene relaciones sexuales, si ha probado la mariguana o el alcohol, pero todo en un tono casual, que no sienta que lo estás sometiendo a un interrogatorio como el de la policía.

Sutilmente adviértele del peligro de alguna de estas actividades pero sin sonar a tragedia griega; por ejemplo, “si tienes relaciones sexuales sin protección podrías embarazarte y no creo que quieras dejar de ir al antro los fines de semana para cuidar un bebé, ¿verdad?”, o “no a toda la gente le cae bien la mariguana, aunque parezca tan inocente”.

 

Adolescente agachada con celular

Adolescente atribulada / Imagen: iStock

 

Checa las señales de alarma y actúa

 

A lo mejor ya has hecho todo esto que te acabo de contar y sientes que no te ha dado resultado. Entonces es momento de observar detenidamente si tu hijo o hija no está atravesando una situación grave, como una adicción a alguna sustancia peligrosa o una depresión profunda.

En ese sentido, si observas que presenta alguna de estas conductas (o varias a la vez), pide ayuda: es momento de contactar con un especialista.

 

  1. Se aísla durante horas; por ejemplo, en su cuarto, con la puerta cerrada.

  2. No quiere ir a la escuela y no te dice por qué.

  3. Tiene insomnio por las noches y de día sólo quiere dormir.

  4. No come o come demasiado.

  5. Está constantemente nervioso, agitado o inquieto.

  6. No hace nada de ejercicio.

  7. Mantiene conversaciones extrañas, en voz baja, en el celular (chats o llamadas), o de plano se oculta de la familia para contestar.

  8. Está saliendo con alguien que nunca has visto y cuando le pides que lo lleve a casa para conocerlo se niega con pretextos tontos.

  9. Baja mucho y muy rápido de peso.

  10. Se muestra irascible y no quiere hablar contigo ni con su padre y hermanos.

 

Recuerda que pedir ayuda profesional puede hacer la diferencia entre salvar a tu hijo de una situación grave. Como dice el dicho: “no te preocupes; ocúpate”. Todo puede tener remedio si actúas a tiempo.

 

 

 
 

Votar por este artículo 0 loves
   
 
Eliminando...