El perfecto fake tan
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Para algunas llegó el momento más difícil de Semana Santa: regresar de las vacaciones a la realidad de la ciudad. Yo sé lo duro que puede ser, pero más aún, y una de las peores cosas que te puede pasar, es… ¡volver sin tan!
Durante al menos un par de semanas casi toda la ciudad trae un color divino. Todas sabemos que estar morena no solo te hace sentir más guapa, sino que levanta tu ego y hasta caminas con más sexy ja ja ja. Si como yo, estas vacaciones no lograste broncearte, ya sea por que te fuiste a esquiar, en la playa el sol no brillo o simplemente esta vez no lograste salir de la ciudad, ¡no te tienes que sentir excluida! ¡Mejor engaña a todos y aprovecha la maravilla del self tan!
Antes de que salgas corriendo a agarrar el color de un par de semanas bajo el calor del sol, deja, te comparto un par de consejos. Pon mucha atención porque tengo malas experiencias: desde quedar como zanahoria hasta parecer un pan mal tostado. El self tan puede ser, o un milagro, o tu peor pesadilla… ¡todo depende de ti!
Tip #1: ¡Cuidado con tu cara!
Primero que nada no se te olvide recogerte el pelo para que quedes pareja. Ya que lo tengas levantado te recomiendo exfoliarte y lavarte la cara antes de aplicar el self tan. Mezcla la crema bronceadora con otra humectante para disimular el cambio repentino de color. Aplica la mezcla sobre tu cara y tu cuello. Puedes complementar el “soleado” con bronceador en polvo, para darle un look más natural a tu nuevo tan.
Tip #2: Un tan de cuerpo completo
El proceso de aplicación es igual que el de la cara, aunque con un par de diferencias. La primera es que tienes que tener mucho cuidado con exfoliarte las rodillas y los codos, ya que la piel seca absorbe más los bronceadores. Y la segunda se refiere a lo importante que también es que te rasures antes de tanearte… ¡hay que complementar la sensualidad con todas las herramientas a nuestro alcance!
Tip #3: ¡No te angusties si te equivocas!
Si terminas con un tan que no te convence probablemente sea porque no está parejo. Tal vez te suene rarísimo, pero puedes usar un poco de pasta de dientes para emparejarlo. Si esta técnica no te late, entonces puedes volver a exfoliarte para crear un tan más natural.
¡No olvides lavarte las manos inmediatamente después de aplicar el bronceado!