Los pies son mi sustento, literalmente, sin embargo los cuido muy, muy poco. Quizá es por eso que entré en pánico el día que, al mirarlos con atención, noté que tenían unos horrorosos callos.

Si bien los expertos señalan que los callos no son un problema médico grave, la verdad es que tú y yo sabemos que sí es una complicación “seria” cuando queremos ponernos nuestras sandalias favoritas y no podemos.

Afortunadamente, dado que los callos son capas duras y gruesas de piel, que aparecen cuando la piel intenta protegerse de la fricción y la presión, sí es posible que desaparezcan al eliminar aquello que nos afecta, como los zapatos muy apretados o flojos, y/o al aplicarnos un tratamiento adecuado.

Es claro que jamás vamos a ser fans de que alguna parte de nuestro cuerpo luzca fea, por eso es que te tengo que compartir cómo es que logré eliminar los callos de mis pies utilizando sólo bicarbonato de sodio y vinagre blanco.

Sí, ya sé que tanto el bicarbonato de sodio como el vinagre blanco son ingredientes para la cocina, pero eso no importa ya que ambos tienen excelentes propiedades que te pueden ayudar a mejorar el aspecto de tus pies.  

¿Qué necesitas?

• - Vinagre blanco
• - Bicarbonato de sodio
• - Agua tibia
• - Tina

¿Qué debes hacer?

En la tina, coloca el agua tibia (la suficiente cantidad como para remojar tus pies), dos cucharadas de vinagre blanco y dos de bicarbonato de sodio. Mezcla bien.

Con la mezcla lista, introduce tus pies en la tina y déjalos remojando durante 30 minutos, frótalos entre sí periódicamente. Transcurrido el tiempo, enjuágalos con agua tibia y aplícales crema hidratante con generosidad.

Será gracias a que en este tratamiento combinarás un componente ácido (el vinagre blanco) con uno químico (el bicarbonato), que provocarás una reacción que hará que los callos sean más sencillos de eliminar.  

¿Te animas a probarlo y me cuentas cómo te fue?