¿Cómo conservar fresco el queso?

Por: Alejandra Arteaga

Envuelve siempre un queso suave en pergamino o papel encerado; vuelve a envolver con una nueva pieza después de cada uso para prolongar la frescura.

Estos materiales transpirables evitan el moho que causa la acumulación de humedad en la superficie sin secarla. Sólo después de que se envolvió hay que poner el queso en una bolsa o envoltura de plástico.

Los quesos duros, como el parmesano, se pueden almacenar directamente en una envoltura de plástico. Debido a su bajo contenido de humedad, los quesos duros no están en riesgo de desecación.

Los quesos blandos, como el munster, requieren más humedad: Pon el queso envuelto en papel y bolsa de plástico en un recipiente hermético en el refrigerador, lo que creará un microambiente húmedo y protegerá tu refrigerador de olores penetrantes.

Guarda el queso en el cajón para verduras, que es más caliente que el resto de tu refri, pero fresco y bastante seco. El sabor del queso evoluciona constantemente a medida que pasa el tiempo, incluso después de traerlo a casa. Las temperaturas muy frías detienen el desarrollo del sabor, mientras que un exceso de calor o humedad favorecerá el crecimiento de bacterias, dando lugar a moho.

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Un queso añejo duro, como el Parmesano, seguirá siendo comestible durante tres meses si se almacena correctamente, a diferencia de los quesos más suaves, que son por lo general más frescos y tienen un contenido de humedad más alto, y deben comerse en una semana.

Si se mantiene el queso duro por más de tres meses, puede secarse y perder sabor. Si encuentras moho en el queso duro, no es necesario tirarlo. Sólo tienes que cortar la parte mohosa, el resto del queso sigue estando perfectamente bueno para comer. Sin embargo, cuando un queso blando se enmohece, debe tirarlo a la basura.
 

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