¿Tu pareja se parece a tu papá? Aquí te decimos

Seguramente ya habías escuchado que las parejas que elegimos se parecen a nuestros padres, y esta explicación podría ser lógica, ya que generalmente nosotros buscamos lo que siempre hemos idealizado y nuestros papás es la prueba de ello.

Un estudio hecho por el investigador escocés David Perrett de la Universidad de St. Andrews descubrió que los hombres a menudo prefieren a las mujeres que se parecen a su madre cuando eligen pareja y viceversa.

Durante la investigación los expertos presentaron a las personas fotos de hombres y mujeres extraños durante una fracción de segundo. 

Pero lo que los participantes no sabían era que entre las fotos que les mostraron había una foto de ellos mismos alterada para parecerse al sexo opuesto: versiones feminizadas o masculinizadas de sí mismos.

Las personas encontraron estas fotos alteradas particularmente atractivas y los expertos creyeron que esto se debía a que las imágenes les recordaban a sus padres.

Esto quiere decir que las personas reconocieron la apariencia física y conductual de su propio padre del sexo opuesto.

Se sabe que compartimos el 50% de nuestro material genético con nuestras madres y el otro 50% con nuestros padres.

Según este estudio tenemos una preferencia general por las cosas con las que estamos familiarizados.

En consecuencia, las caras que son similares a la nuestra generalmente nos parecen más simpáticas.

Además de las características físicas, las similitudes en la educación, el entorno social, la visión del mundo, la escala valórica y los estilos de vida tienden a promover la atracción mutua. 

Por lo que si una pareja se parece a nosotros en estas características también tiende a ser similar a nuestros papás, pues nosotros mismos tenemos mucho en común con nuestra familia.

La base de esto es que al idealizar tendemos a buscar y repetir los mismos patrones, tanto negativos como positivos.

Y es por eso que en el caso de las mujeres, muchas veces nos damos cuenta que nuestra pareja se parece mucho a nuestro padre.

En actitudes, gustos o hasta pequeños detalles vamos cayendo en cuenta que tienen demasiadas similitudes y como lo indicó el estudio es algo que hacemos inconscientemente.

Si bien, no es un patrón que nuestra pareja tenga que ser igual a nuestro papá, hay muchos casos en los que si se parecen.

Pero no te preocupes, no es algo malo ni extraño, simplemente se encuentra en la parte inconsciente de nuestro cerebro y claro, en la genética que lleva cada ser humano.