Cómo afecta una madre ausente a un niño

Dice la creencia popular que a un niño puede faltarle todo, menos la presencia amorosa de su madre y tiene razón.

La falta de recursos, los ambientes poco favorecedores, las escasas oportunidades e incluso la ausencia del padre, pueden ser contrarrestadas cuando la madre cumple su papel de nutrir y formar a los niños.

Eso es precisamente lo que explica el psicólogo y pedagogo Thomas Verny en el libro “The Secret life of the unborn child”, quien asegura que la mamá influye en el bebé desde que está en el vientre y durante toda la vida.

La importancia que tiene la figura materna

Después de estudiar a miles de mujeres embarazadas y de seguirles la pista tras el nacimiento y crianza de los niños, encontró que cuando una mujer es consciente de la vida que lleva y tiene el suficiente amor e interés por su hijo, tanto ella como el pequeño son capaces de superar las condiciones de vida más adversas y forjar hijos fuertes, seguros y emocionalmente estables.

Por contrario, Verny también señala que cuando una madre no tiene interés, puede ser altamente destructiva para su hijo en formación.

¿Te das cuenta de lo importante que somos las mamás para nuestros niños? Otro punto interesante es que el impacto negativo de una madre ausente es especialmente fuerte en la primera infancia y va directo a su desarrollo afectivo y cognitivo.

Un niño puede "superar" la muerte de su madre, pero no su desapego o falta de amor

Según indica el autor, un niño puede superar la muerte de su madre, pero no su ausencia o desapego emocional. ¿La razón? Los pequeños son capaces de entender que la muerte es definitiva y es algo que no está en las manos de la progenitora, se construyen una imagen sólida, íntegra e inspiradora de ella y eso lo acompañará y le dará fuerza a lo largo de su vida.

Sin embargo, el desapego es incomprensible, se percibe como falta de amor y las preguntas que siempre rondarán en la mente del pequeño son: “¿Por qué no me quiere? ¿Qué hice?”. Los sentimientos que predominan son tristeza, inseguridad, resentimiento, ira e impotencia. Síntomas del niño abandonado que dejan secuelas toda la vida.

Thomas Verny explica que una madre ausente no es solo la que abandona a su hijo sino aquella que, estando cerca, no se involucra emocionalmente con él, es distante, fría, algunas no le dirigen la palabra a sus hijos o son incluso violentas. En estos casos se requiere que familiares cercanos la identifiquen y busquen una adecuada intervención profesional para evitar el daño irreversible para el niño.

Otro tipo de madres ausentes, menos peligrosas, pero que también afectan a los niños, son las que, el poco o mucho tiempo que tienen con los hijos, “están y no están”, es decir, físicamente están con ellos, pero haciendo otras cosas: mirando la televisión, el celular o platicando con las amigas. Ok, entiendo que a veces todas lo hemos hecho, para que realmente sea una madre ausente esta conducta debe ser sistemática, persistente... En este caso, ¡claro que daña!

Por último están las madres que trabajan todo el día o viajan mucho. Ojo, una madre que trabaja no es una madre ausente, el poco tiempo puede compensarse con tiempo de calidad con los niños. Sin embargo,  hay casos en los que el trabajo se vuelve prioridad y no se entablan lazos de unión y amor en los escasos momentos que pueden estar juntos. Ahí sí desencadena trastornos.

¿Qué hacer? Lo primero es identificar cuando existe el problema y acudir con un especialista. Todos los integrantes de la familia requerirán apoyo, pero el primer paso es la aceptación y sin duda es el más difícil de dar. Sin embargo, creo que vale la pena reflexionar en el papel fundamental que tenemos para nuestros niños y para toda la sociedad. La mamá es la base de todo. 

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