Ahora Sí necesito un drink: El síndrome del perdón

No sé tú, pero el otro día una amiga me regañó porque me cachó -por centésima vez- justificando a mi date por llegar tarde. ¡Ya nada más escuché el “Heyy! Deja de justificarlo por todo, acepta que es un impuntual” y caí en la cuenta que era cierto. Me la pasaba justificándolo por todo.

Y no es con el primero con quien lo hago, si no todo el tiempo con las personas que más aprecio: no importa si llegan tarde, o no llegan, te fallan y no cumplen; con tal de no tener problemas les paso por alto pequeñas actitudes que a la larga cansan… y a eso le llamo el síndrome del perdón.

Lo titulé así porque me la paso pidiendo perdón si me enojo (con justas razones) a los que me fallan, cuando no debiera y uff… ¡peor si los justifico! Lo malo del asunto es que me lastimo y también a ellos.

¿Les ha sucedido? Yo digo que sí, no soy la única.

Sólo piénsalo: ¿cuántas veces por no tener broncas con alguien no le dices lo que sientes? ¿le perdonas que te falle? o ¿Simplemente te auto convences de que Fulanito o Perenganita es así y así la debes aceptar? (Digo por eso de nuestra idea pésimamente romántica de que debemos amar con virtudes y defectos).

Tampoco es que nos vayamos a los extremos, pero deberíamos ser capaces de hablar lo que nos molesta, eso que nos causa bilis mientras el otro bien contento baila la manzanilla. Yo digo que, si no nos calláramos por no causar conflictos, habríamos menos enfermos de gastritis y se respiraría más amor y paz…

Pero aggh, esa manía de confundir lo servil con lo servicial y lo amable con lo pen…sante que, por ser buena onda pasas por alto a los demás.

En lo personal me sucede y no nada más con la pareja, pasa con quien quieras… y a mi hace poco fue con mi mejor amiga; les cuento la mini historia:

 Yo la llevo conociendo desde que somos unas pubertas y, aunque es súper buena onda, divertida y linda, la verdad es que abusa y yo se las pasaba todo (sí TODO) el tiempo.

Desgastante a la larga… hasta que llega un punto en que te hartas y explotas.

Resulta que, para variar, habíamos quedado de vernos por eso de ir a festejar mi cumpleaños, pero porque la amiga quería irse de fiesta, mi plan de algo “tranqui” no le agradó y pum, después de quererme convencer por enésima vez que una fiesta de disfraces de un conocido suyo era EL PLAN para festejarme, me harté y le dije “NO, Es mi cumpleaños y lo quiero hacer así, si no quieres vete tú, pero no cuentes conmigo”.

-Obvio me tiró las muñecas-

-Me tachó que de la nada estaba haciendo berrinche-

Y ahora no me habla….

En fin, con esta pequeña historia, lo que quiero es invitarles a que, si son igualitititas que yo,que por querer tener contentos a todos no les dicen sus cositas en el momento que les molesta, empiecen a hacerlo, porque damitas, esa gastritis que traen no es de a gratis.

Si se conocen y saben que son cerillito y enojadas hasta dirán de lo que se van a morir, mejor respiren a diez, eviten confrontar en el momento (pero ojo, sólo en el momento, no huir del problema) y cuando estén más tranquilas, se atrevan a decirlo… si se les atora la saliva, escríbanlo, de manera tranquila, pensada y sin querer armar jaleo.

Si las aman, deberán aceptar el error y trabajar en ello sino, bueno… diría mi madre “a otra cosa mariposa, hay más peces en el mar”.

Ya saben, me encanta leerlas así que escríbanme a ahorasinecesitoundrink@gmail.com y no dejen de compartir su #AhoraSinecesitoUnDrink en redes sociales.

Besos.

-Adriana DG.