Seguramente ya escuchaste que Suiza está otorgando un salario a las abuelitas que cuiden a sus nietos los días laborales. El programa busca compensar su aporte a la economía familiar y, por tanto, del país. Son 100 euros extra a sus pensiones, las cuales van de entre 600 y 700 euros.

Los abuelos cumplen una labor vital

El programa cumple con varios objetivos. Por un lado,  premia a las abuelas por su labor, porque ayudando a sus hijos están mejorando  la economía del país. Por el otro, fomenta que más mujeres mayores se incorporen al mercado laboral.

¿Se imaginan que en México pudiéramos contar con esta ayuda? No sé ustedes, pero si no fuera por la encomiable ayuda de las abuelitas, simplemente muchas de nosotras no podríamos trabajar.

Y es que, actualmente, la conciliación entre la vida laboral y familiar es muy complicada, sobre todo porque en la mayoría de los casos un sueldo ya no es suficiente para solventar los gastos del hogar.

 Hoy hombres y mujeres debemos partirnos el lomo para tener lo indispensable. Quienes hacen esto viable son las abuelitas.

Ayuda sí, encaje no

La medida es muy justa porque se reconoce que, sin ellas, la economía del país no sería igual. Otros países, como Turquía, han seguido el ejemplo.

Sin embargo, más allá del apoyo gubernamental hacia la labor de las abuelitas, el agradecimiento debe empezar en casa.  

Sí, porque ellas nos ayudan con todo su cariño y lo menos que debemos hacer es corresponderles en varios sentidos:

1. Poniendo límites:

Si bien es cierto ellas están felices consintiendo a los nietos. Hay que tener claro que NO es su OBLIGACIÓN, así que NO ABUSES.  NO a dejarlos mucho tiempo y sin que realmente sea necesario. NO a exigirles que cuiden de tus críos como si fuera “su deber”. NO a pedirle que también “te hagan el favor” por ir a una fiesta o ir de fin de semana.

2. Ellas también tienen gastos

Tú mejor que nadie sabes que criar a un niño no es nada barato. ¿Por qué no darle tú un gasto para cubrir las necesidades de tu pequeño? Finalmente ella ya no está percibiendo un salario, así que podrías estar metiéndola en un serio problema de solvencia, si no le das lo correspondiente a los gastos de tu hijo. Por ejemplo, comida, transporte (si va por él al colegio) e incluso los “pequeños gustos” de los niños.

3. Considera sus limitaciones

Llega un momento en que las abuelitas, por más que quieran, ya no están al 100% para cuidar a nuestros hijos. Si este es el caso, aunque tenga toda la disposición y sea la persona de más confianza para dejar a los niños, NO arriesgues su salud. Cada caso es diferente, pero recuerda que lo primero es su integridad.

4. Sé agradecida

Siempre agradece, sé amable, recompénsala con mucho amor porque te está haciendo un enorme favor. Esa es la mejor recompensa y lo mínimo que espera tu viejita.

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