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Yoga, atardeceres y olas en San Agustinillo, Oaxaca

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Despertamos al sonido de las olas y nuestros perros ladrando; eran las 6 de la mañana, ellos querían jugar y era hora de nuestra clase de yoga. Cansados por la travesía de ocho horas por la Sierra Oaxaqueña pero emocionados de estar en la playa, subimos al desayunador, donde nos encontramos con Mario Corella, dueño de Rancho Cerro Largo. 

Localizado en Playa Aragón, entre San Agustinillo y Zipolite, Rancho Cerro Largo tiene nueve cabañas de adobe y palma, baños ecológicos, vistas impactantes del Océano Pacífico e instalaciones suficientemente aisladas para tener privacidad y tranquilidad. En las palabras de Mario, Rancho Cerro Largo es un lugar ideal “para descansar en la playa, practicar Yoga y encontrarse con uno mismo.”

Al llegar al estudio de yoga, localizado en la cima del cerro, nos impresionamos al enterarnos que las clases incluían a una gran variedad de personas de diferentes países y ciudades. Había personas de Monterrey, Guadalajara, Nueva York, California, Alemania y España. Algunos venían a gozar de las playas de Oaxaca, pero la gran mayoría habían emprendido el viaje a San Agustinillo para atender sus famosos centros de yoga y relajación -  Rancho Cerro Largo siendo uno de los más prestigiosos. 

Fuimos a San Agustinillo en los meses de verano, cuando hace más calor, entonces pasábamos mucho tiempo en nuestra cabaña, tirados en la hamaca, leyendo y gozando de la vista y de una deliciosa agua de limón con jengibre. Pero alrededor de las 5 de la tarde nos íbamos a caminar por la costa, brincando entre rocas y cangrejos, platicando con pescadores locales y nadando en el agua azul oscura, esperando los increíbles atardeceres. 

Aunque el atardecer desde Playa Aragón es verdaderamente único, muy cerca de San Agustinillo pasando Mazunte, se encuentra Punta Cometa, también conocido como Cerro Sagrado. Aparte de ser el punto más sur del estado de Oaxaca y un importante centro de migración de aves, Punta Cometa es un lugar perfecto para apreciar atardeceres y amaneceres, ya que desde esta península en casi todas las épocas del año el sol sale y se esconde en el Océano Pacífico. 

La playa, el mar y los atardeceres son la principal atracción de este paraíso oaxaqueño, pero cuando cae la noche todos los huéspedes de Cerro Largo se reúnen a cenar en una mesa comunal, a la que Mario siempre atiende. Este ritual es una gran manera de conocer a tus vecinos, escuchar sus historias e interactuar con gente de todo el mundo. En nuestro caso, estuvimos platicando con una pareja de canadienses pertenecientes a una banda de rock llamada Broken Social Scene, que aparte de contarnos sobre sus giras y su pasión por la poesía, tuvimos la fortuna de escucharlos cantar y tocar varias canciones de su nuevo disco. Aparte de estar en un paraíso del cual si no sales no te aburres, desde Cerro Largo se puede caminar al pueblo de San Agustinillo, donde hay una vida nocturna bastante animada. 

Con una cantidad de bares y restaurantes, las actividades nocturnas de San Agustinillo complementaron nuestra estancia en un paraíso de relajación y tranquilidad, ya que nos quedamos hasta altas horas de la madrugada interactuando con personas de todo el mundo y gozando del mezcal de la región, aunque sabíamos que a las 7 am tendríamos nuestra intensa sesión de yoga con Mario. 

info fotos: csp 2013 Usado para la licencia de Shutterstock.com

Cortesía Walking México
www.walkingmexico.com

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