Un pueblo lleno de arte y cultura

El pueblo de Pátzcuaro es uno de los lugares más magníficos que hemos visitado. Después de platicar con la comunidad entendimos porque, desde llegar, se le eriza la piel a quien lo visite. Esta ciudad resulta fascinante porque antiguamente se buscó motivar la convivencia de las castas indígenas, criollas y españolas en un mismo espacio, lo que resultó en un poblado versátil y rico en varias culturas. En él, la cultura y las artes son quienes te guían por los caminos empedrados. Si tuviéramos que denominar a un pueblo como el poblado que lucha más por la manifestación cultural desde el respeto… sería Pátzcuaro. 

A diferencia de otros pueblos mexicanos, en Pátzcuaro se ha respetado todas y cada una de las culturas que la han habitado, ejemplos claros son tanto la multifacética oferta artística y cultural como uno más tangible: la plaza Vasco de Quiroga. Fue refrescante caminar en un espacio que no detalla violencia ni furia sino opta por la convivencia y aprecia las diferentes manifestaciones artísticas y culturales.

En la Casa de los Once Patios puedes apreciar las artesanías locales, y que a diferencia de otros pueblos, se la comprarás al artesano directamente, evitando ese odioso “impuesto” gubernamental que sabemos que nada más es la excusa para abusar de la mano de obra artística mexicana. 

La arquitectura de Pátzcuaro parece ser sacada de un libro de la cultura pop, razón por la cual es una maravillosa sede para el Festival de Cine de Terror y Fantástico. Las paredes blancas delimitadas por una franja roja que da pie a las calles empedradas unifican las instalaciones en una misma. 

Como símbolos del peso que le otorga el pueblo a la cultura, disfrutamos del Teatro del Emperador, con una oferta teatral y musical ambigua; la Biblioteca pública, perfectamente ordenada y con uno de los murales de Michoacán más importantes y, el Antiguo Colegio de San Idelfonso que reúne exposiciones de artes plásticas tanto permanentes como ambulantes.

Fue la Cineteca del Ciudadano la que nos dejó hipnotizados por la población local y su amor a las artes y a la cultura. Este pequeño espacio fue levantado con el trabajo arduo de los jóvenes patzcuarenses y hoy tenemos un escenario y una sala de cine del pueblo para el pueblo. En Pátzcuaro la Cineteca del Ciudadano es la única sala de cine.

La oferta gastronómica es la cereza del pastel cultural que representa Pátzcuaro. Los platillos regionales son únicos, no puedes dejar de probar una clásica Corunda y, aunque no lo creas, una deliciosa Hamburguesa de Camarón. Tampoco dejes de probar la Sopa Tarasca y por supuesto, una Trucha al gusto. Y, guardando lo mejor para el final, de postre no te puedes perder las nieves tradicionales de la región, desde la famosa Nieve de pasta hasta una que nunca habíamos probado y nos robó el paladar: la nieve de Higo.

Los pocos días que estuvimos en Pátzcuaro no fueron suficientes para terminar de apreciar la zona, pero no queda duda ¡nuestra despedida fue solamente un hasta luego! 

Cortesía de Walking México 
www.walkingmexico.com