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El Secreto de Guanajuato

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La Hoya de Parangueo es un cráter ubicado en la región volcánica que pertenece al Valle de Santiago en Guanajuato. Este cráter es conocido como una de “Las siete iluminarias” que consisten en un conjunto de cráteres volcánicos inactivos; los cuáles son conocidos como las Hoyas de Santa Rosa, de Parangueo, San Nicolás, La Alberca, Cíntora, Estrada, Blanca, Álvarez y Solís. 

Saliendo de Valle de Santiago en dirección oeste hacia Huanímaro, tomamos la segunda salida hacia la derecha, rumbo a Rincón del Parangueo, a la altura de San Nicolás, a unos 7 km de Valle de Santiago. Llegamos a la comunidad de Rincón del Parangueo y seguimos la señales, por cierto muy pocas, hacia el cráter y el estacionamiento.  

Llegamos a la entrada de un túnel artificial, antiguamente un acueducto que nos llevaba al cráter. Pagamos 20 pesos por entrar y además, para que unos niños nos iluminaran el camino con sus lámparas, ya que el túnel mide casi 500 metros y está totalmente obscuro y estrecho por lo que te toca caminar agachado. Al salir, se siente que acabas de llegar a otro planeta ¡es completamente inesperado: un cráter blanco! Si no hubiera sido por el calor, todos hubiéramos pensado que estábamos en la nieve. Debido a los cambios climáticos, el nivel del agua del cráter ha bajado muchísimo lo que ha permitido que podamos apreciar este paisaje fuera de lo común. 

Antes de empezar nuestra caminata por el cráter los guías nos contaron que hace mucho tiempo el dueño de las tierras, mando a uno de sus empleados a tomar una muestra de agua de la Hoya para después llevarla a la Ciudad de México para que determinen si servía para regar sus sembradíos. Otro de sus empleados se puso celoso de que a él no había sido elegido, así que envió a sus cómplices quienes interceptaron al enviado y lo embriagaron para quitarle la muestra. Al día siguiente, al darse cuenta de la ausencia de la misma, en vez de delatar el robo prefirió comprar otra y llenarla con agua de la zona. A su regreso, le dijo al dueño que el resultado era positivo.  Así que el dueño mandó a construir un acueducto que sirviera de desfogue a las aguas del cráter. Al concluir el túnel, después de unos días, se dieron cuenta que el agua era salitrosa y estaba matando toda su siembra. El cuerpo del servidor fue encontrado al día siguiente al final del túnel que por su deslealtad y cobardía se había construido. 

Cuentan que la sangre que del cuerpo brotó, se escurrió hasta mezclarse con las aguas del lago que ahora, como una forma de tratar de enmendar el error, se tiñen de rojo para anunciar y prevenir algún desastre.

Después de la historia, decidimos caminar al pequeño lago rojizo  y allí nos dimos cuenta de la magnitud del cráter, tiene mas de 1.5 km de diámetro. Todo está rodeado por montañas verdes y tierra blanca y eso provoca un contraste que apreciamos mucho Cuando caminamos por el lugar, nos llamó la atención las masas que forma el salitre y las grietas que hay en la orilla de todo el cráter. Un lugar impresionante.

Cortesía Walking México

www.walkingmexico.com

 

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