Tepotzotlán, un pueblo cerca de la ciudad

¿Quieres escapar de la ciudad, pero no ir muy lejos? Bueno entonces agarra tu coche y pon en waze: Tepotzotlán. Te lo recomiendo, es un pueblo divino, mágico y tranquilo; ideal para disfrutar del 16  de spetiembre.

Yo fui hace unas semanas con una amiga que tiene una casa por allá  y no sabes lo bien que me lo pasé. 

Empezamos por conocer su iglesia que en realidad es el Templo San Francisco Javier, uno de los templos más bonitos que tiene México. La fachada tiene un estilo barroco mexicano al igual que su interior, te sientes como si vivieras en un monasterio o en un convento, el lugar era muy frío y me hubiera gustado conocerlo más pero mi amiga me llamó para decirme que ya había llegado.
 

Fuimos a comer al Mercado Municipal, en donde venden quesadillas, tacos, pancita y todas las garnachas mexicanas que puedas probar. Yo me pedí un pambazo que estaba delicioso con una michelada y mi amiga pidió un sope de suadero que  se veía tan rico que tuve que pedirle que me diera una mordida. Pero no te asustes no es lo único que venden en el pueblo, también hay restaurantes por un extremo donde puedes los fines de semana, comer su buffet.
 

Después fuimos a caminar, creo que ésta fue mi parte favorita porque todo era muy mexicano había jarrones, ollas de barro, muchos objetos de cerámica, vendían plata,  cuadros, lámparas, juguetes de madera. Esto de verdad me hizo ver todo lo que los artesanos mexicanos pueden hacer que yo desconocía, me quedé impresionada y admirada de cada cosa que hacen en Tepotzotlán.
 

Pasamos a tomarnos una foto vestidas de Adelita en un tren que tenían en exhibición, fue muy gracioso como nos caracterizaron para vernos como las muchachas de esa época, en frente estaba el mercado de las artesanías en donde compré unas pulseras hechas con granos de café. Claro, también venden pulseras y collares tejidos a mano y aquí lo bueno fue que no llevaba mucho dinero porque conociéndome hubiera comprado todo lo que me pusieran en frente jajaja.

También  vendían  muchos dulces mexicanos, entre ellos estaban los deliciosos muéganos y unos cantaritos con fruta picada al fondo con tequila y refresco de toronja. Yo me la pasé de tragona toda la tarde, primero me comí una rica nieve de beso de ángel súper cremosa tal cual como me gusta y después un mini tamal de elote que estaba delicioso. Luego, a lo lejos del lugar se escuchaba música prehispánica así que decidimos acercarnos para poder escucharla mejor y hasta nos invitaron a bailar.
 

Terminando nuestro recorrido decidimos ir a la casa de mi amiga a descansar un poco antes de regresar a la ciudad. Te prometo que quedé fascinada con el increíble pueblo de Tepotzotlán y sé que regresaré porque hay muchas cosas que todavía tengo que conocer, como el museo del Virreinato y el acueducto. 

Aquí te dejo un mapa por si no sabes llegar.