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Un osito o una muñeca para sentirse "normal"

Un osito o una muñeca para sentirse

Foto: A doll like me

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Te voy a contar la historia de dos mujeres que tuvieron una genial idea para que niños que viven con alguna enfermedad, aprendan, acepten y puedan adaptarse a su condición. Ellas no se conocen, pero ambas crearon ositos de peluche que están ayudando a decenas de pequeños a comprender mejor sus padecimientos. 

Fiona Allan: “la sonrisa de sus rostros lo es todo”

Fiona Allan,  de 28 años, originaria de Glasgow, padece una afección genética grave que hizo que le administraran un tubo de alimentación nasal y un catéter quirúrgico. Le costaba trabajo verse a sí misma con el equipo médico, pero sentía especial preocupación por los niños que estaban en esa misma situación.

En una entrevista para el sitio BBC, Fiona declaró: “Como adulto me resultó difícil acostumbrarme a la vida con cosas médicas adicionales. Tengo el síndrome Ehlers Danlos y pasé un tercio del año en el hospital durante 2017. Tuve que acostumbrarme a vivir con un tubo nasal”.

Osito con tubo médico

Fiona hace manualidades y pensó que los peluches hechos con accesorios y tubos reales podrían ayudar a los niños a acostumbrarse, además de que les enseña a los que les rodean su condición de niños (que muchas veces se les olvida, hay que decirlo).

Y tenía razón. Emily Cotton, mamá de Darcey, de un año de edad, contó a BBC que estaba encantada con los beneficios del conejito que le recibió su nena. “La distrae, es reconfortante, le ha ayudado a adaptarse a los dispositivos médicos”.

Osito para aceptar alguna enfermedad

Foto: Fiona Allan para  BBC Scotland

Hasta ahora Fiona ha hecho más de ochenta muñecos.

Amy Jandrisevits, “para que los niños se enorgullezcan con sus diferencias”

El segundo caso que te quiero contar (y me parece extraordinario que hayan coincidido con una idea tan hermosa), es el de Amy Jandrisevits. Ella era trabajadora social en una unidad oncológica pediátrica y usaba muñecas como terapia de juego.

Una técnica muy extendida pero que tiene un defecto, las características físicas de las muñecas no reflejaban las realidades de los niños que estaba ayudando.

Es por eso que hace cuatro años, empezó a fabricar sus propias muñecas personalizadas, parecidas al niño al que está destinada. Además de color de piel, cabello y vestimenta, plasma características físicas y condiciones genéticas específicas:  marcas de nacimiento, hendiduras, albinismo, diferencias en extremidades… Lo único común en todas las muñecas es una sonrisa.

Amy crea

Fotos: A doll like me

Amy ya tiene su propia empresa. Cada una cuesta 100 dólares, para recuperar gastos y envío, pero si los papás no pueden pagar esa cantidad, igualmente hace una muñeca a cualquier niño que lo necesite.

Sin duda ejemplos como estos me hacen creer que la humanidad es noble.

 

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