Recuerdos que debes tener de tus hijos
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Si hay algo que los hijos valoran cuando son grandes, es que guardes recuerdos de su infancia. Además, con el tiempo esos objetos adquieren valor muy especial, son únicos y encierran todo el amor hacia nuestros pequeños. Para mí, esto es lo indispensable que conservo de mis niños, ¿Qué agregarías?
El tiempo pasa volando, por eso conservo estos recuerdos valiosísimos
1. Diario
Desde que nacieron una de mis mejores amigas se encargó de darme un diario en donde anoté sus primeros momentos. Desde cuánto peso y midió al nacer, hasta su primera foto, su primer mechón, el día que dio su primeros pasos, su primera caída. Todo lo anoté para recordar exactamente lo que sentí en ese momento, qué estaba haciendo, cómo lo vivimos. Lo hice al menos por dos años y lo tengo muy bien guardado. Son mis primeras alegrías y sustos con mis hijos.
2. Sus huellitas
Compré un lienzo pequeño y con pintura óleo plasmé sus huellas. Piecitos, manitas, deditos… Nada más no pinté la cabeza porque no cabía en el cuadro jaja.
3. Su primer zapatito.
Ese con el que salió del hospital, que le quedaba gigante y que en un par de semanas ya no le entraba. Aún lo tengo.
4. Fotos y videos
Saqué miles (tú me entiendes), pero hice una selección y de plano subí a la red sus mejores momentos (yo abrí un canal privado en Youtube, pero puedes subirlo a un drive de correo sin problema).
Todas las fotos las guardé en un disco duro y las mejores las imprimí. Con mi primer hijo perdí muchas fotos y videos por dejarlas en el celular (se me dañó el dispositivo), así que aprendí la lección y te paso el tip para que no te pase.
5. Sus caritas
Esta es una sesión de fotos especial, por eso la pongo por separado. Ya sé que es una costumbre de abuelitas, pero a mí me encanta, así recuerdo sus expresiones: carita triste, carita contento, carita enojado, carita sorprendido… ¡Amo sus caritas!
Para mí esto es lo indispensable. Obvio depende mucho de ti, puedes agregar su primer cuento, un mechón de su cabellito, un audio con su voz... Los hijos son nuestra adoración. Y sí, el tiempo pasa volando, por eso atesoro cada segundo.