¿Qué hacer si tu niño roba?

Hace unos días fui con mi hija a una tienda de conveniencia, ya sabes, de esas que están todo el día abiertas. Estaba en la caja pagando y sentí que mi hija estaba a mi lado, tomándome de las piernas.  Una cuadra después de que salimos, me enseña muy tranquila que había tomado un dulcero en forma de juguete. ¡Había robado!

 Los niños agarran todo lo que les causa interés

Leyendo a Borja Quicios, psicólogo clínico infantil y educativo, comprendí que los niños pequeños toman todo lo que les interesa, es instintivo. Todavía no entienden lo que está bien o mal.

Sin embargo,  a partir de los cinco años empiezan a entender el concepto de propiedad y saben lo que es robar.

El psicólogo Javier Leiro coincide: “Es normal que un niño en edad preescolar tome algo que les llame la atención. Esto no se puede considerar como robo hasta que el niño sea suficientemente mayor (5 o 6  años) y pueda entender que las cosas pertenecen a una persona en particular”.

Es ahí que como papás debemos educar a nuestros niños sobre el derecho a la propiedad y la consideración hacia los demás.

Somos nosotros los que tenemos que poner límites en su conducta y sancionar si existe un robo con consciencia.

¿Y si siguen robando a pesar de saber que está mal?

Quicios dice que si los niños saben distinguir entre lo bueno y malo, es decir, si saben de las consecuencias y aun así siguen robando, entonces hay que averiguar las causas.

Algunas pueden ser:

Le cuesta autocontrolarse: Sabe que tendrá consecuencias pero no puede evitarlo. Hay problemas para controlarse a sí mismo.

Quiere llamar la atención: Puede ser una forma de expresar su ira por no recibir la atención que demanda.

Es signo de rebeldía: Simplemente quiere desafiar las normas.

Busca independencia: Quiere demostrarse que puede obtener cosas sin los padres.

La sustitución: Quiere sustituir la falta de cariño emocional con algo material.

¿Y qué pasa con los adolescentes?

Según Leiro, cuando el niño se convierte en adolescente las cosas cambian. En este caso las causas que orillan a robar son con frecuencia:

Búsqueda de identidad: Quiere demostrar valentía ante sus compañeros y amigos.

Celos: Por tener las mismas cosas que su hermano o hermana, a quien siente más favorecido con regalos y cariño.

También reclama atención. El robo se convierte en un sustituto de afecto

¿En qué momento se necesita ayuda profesional?

Cuando a pesar de platicar y estar más al tanto de ellos el robo persiste, o bien, cuando el monto del robo es significativo.

Cuando se presenta como un síntoma habla de un malestar que el niño no entiende. El comportamiento de sustracción es una forma de reducir su angustia, soledad y otros conflictos. El la expresión inconsciente de su necesidad de querer más de quienes están a su lado.

Cada niño es diferente y roba por razones distintas. Lo que tenemos que hacer es hablar con ellos y hacerles entender que su conducta está mal. Si no los disciplinamos podríamos estar reforzando ese comportamiento.

Ese día, cuando me di cuenta que mi hija había robado, platiqué con ella y le expliqué que lo que había hecho estaba mal y que no debía tomar nada que no le pertenece. Regresamos a la tienda, devolvió el dulce y aceptó su responsabilidad ofreciéndole una disculpa al encargado. No lo ha vuelto a hacer, pero evidentemente ahora estoy mucho más alerta en estas cosas.