La situación que están viviendo los miles de niños que fueron separados de sus padres en la frontera de Estados Unidos y México me parte el corazón. Sencillamente no puedo creer que una persona que tiene hijos, aunque sea el presidente del país más poderoso del mundo, tenga el corazón para ordenar tal atrocidad.

Si bien, el presidente Donald Trump ya firmó una orden para que las autoridades de su país dejen de separar a los pequeños de sus papás, las cosas no pintan nada bien para los niños inmigrantes que ya se encuentran viviendo alejados de sus familias.

Graves consecuencias

Por ejemplo, el doctor Jeff Temple, profesor y psicólogo del Centro Médico de la Universidad de Texas, afirma que los niños que han sido separados de sus padres podrían sufrir en el futuro desde depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático hasta tendencias violentas, abuso de sustancias y dificultad para establecer relaciones en su vida adulta.

Por si eso no fuera poco, me encontré con que otros investigadores señalan que tantos los niños que están separados de sus papás, como otros que han pasado mucho tiempo en centros de detención, tendrán mayores necesidades de atención médica en el futuro, esto porque el estrés que sienten ahora también ocasiona un daño físico duradero.

Todas las personas tenemos una respuesta física al estrés, y los niños no están exentos de ella: la frecuencia cardiaca se acelera y el cuerpo libera hormonas como el cortisol. Pero, cuando los pequeños no tienen a sus padres cerca para consolarlos, la respuesta prolongada al estrés puede volverse tóxica y causarles daño físico.

Lo peor de todo es que cuanto más tiempo pasen los niños separados de sus padres, más grave pueden volverse los daños que sufran. Antonio Puente, profesor de psicología en la Universidad de Carolina del Norte, revela que estas situaciones son emocionales al principio y neuropsicológicas a largo plazo.

Aunque no hay una manera de saber cuántos ni cuáles de los niños que se encuentran separados de sus padres sufrirán daños, los expertos aseguran que la forma más eficiente de minimizar el perjuicio es terminar el alejamiento familiar lo antes posible.

En verdad espero que, ahora que el presidente de Estados Unidos (ya ni siquiera quiero pronunciar su nombre) ya dio la orden de que las familias de inmigrantes sean reunificadas, los niños regresen lo antes posible con sus padres y que sean atendidos como se debe.