“Maestro, ¿podemos traerle en la semana de inicio los papeles de inscripción? Es que no traigo comprobante de domicilio, ni el acta actualizada” “Profe, no pidieron fotos y no traigo el folder amarillo, es azul, ¿no importa o se lo mando la otra semana?” “Oiga maestro, es que no es posible que pidan tanto, ¿para qué quieren un certificado médico? Luego lo llevo al Centro de Salud y se lo mando” “No, profe, me disculpa pero no: jamás dijeron que querían la boleta del año pasado y tampoco dijeron que eran 5 copias de todo” “Mamita de Gabriela, ¿a poco sí pidieron el CURP con el nuevo formato? ¡Yo ni sabía! ¿Si es muy necesario?”…

¡SÍ, SEÑORAS, SÍIIIIII! Desde inicios del mes de julio pusieron en la puerta la lista de requisitos para inscribir a los críos a la primaria el pasado 3 de agosto. Tuvieron un mes. UN MES para reunir todo. Yo como buena mamá que sufre Trastorno Obsesivo Compulsivo, fui la única que entregó todo metódicamente dentro de un sobre cerrado y con una bolsita con las fotos de Gore y los benditos 30 pesos para la credencial engrapados al fólder (“Profe, ¿por qué cuesta tanto la credencial, sí llevan fotos?”). Todo esto sucedió en la junta para conocer al maestro Jorge, quien súuuuper paciente le explicó a cada mamá el porqué era necesario volver a mandar las dos tapitas de garrafón para el pegamento de los niños “peeeeeero proooofeeee: esas dos tapitas las mandamos el AÑO PASADO para la maestra Cynthia, ¿no les pueden dar esas?”, ¿es netaaaaa?

Total que llegamos a la lista de útiles, 8 materias, 8 libretas de diferente color, todas con dichoso hule cristal. Lápices, gomas, colores, todo con nombre. Nos entregaron la lista el 3 de agosto, desde finales de junio yo tenía la del kínder de Dany. Corte a: el domingo 5 yo ya tenía tooooodos los útiles. Para el sábado 11 ya estaban forrados y todo el material perfectamente identificado está guardado en la mochila de rueditas coronada con cada lonchera (que, obvio, también compré con anticipación). Hoy es jueves 16 y sólo me falta reforzar los botones de los uniformes de Gore. Los zapatos ya están listos. Sus materiales guardados. Sus inscripciones hechas y pagadas. Sólo me estresan los botones. (¡Juro que hoy quedan!)

Mamita responsable

Siempre he sido así desde que Gore entró al kínder. Soy el colmo de la obsesión, lo reconozco. Quienes me conocen saben que no exagero, es más me quedo corta, jajaja. Les cuento. En el primer año de preescolar de mi güera, recuerdo que TRES SEMANAS antes yo ya tenía todo listo y me traía de vuelta y media a la maestra preguntando por el uniforme. Se me hizo costumbre comprar con antelación y ver a lo lejos a la horda de papás gritando y empujando porque les hagan caso para mostrarles unos tenis en talla 19. Pero caro pagué el depender de mi casi exmarido al año siguiente. Me decía: “luego vamos, todavía falta mucho, yo te ayudo a forrar todo”… ajáaaaaaa…

¿Adivinen quién se la pasó en el estrés porque las papelerías estaban a reventar, no encontramos cierto material, los zapatos que le compramos a Gore eran casi UN número más grande porque no había, los suéteres se fueron sin marcar y forró los cuadernos una noche antes? Odié ese año. Por eso juré que jamás en la vida me volvería a pasar. Creo que está mal tanta obsesión pero no quiero ser como una amiga de mi madre: resulta que apenas este viernes irá a inscribir a sus dos chamacos a la secundaria. ¿¿¿SEÑORAAAAAAAA PERO EN QUÉ PIENSAAAAAAA, ya entran el lunes y usted apenas va a ir a ver si hay lugar??? ¡¡¡NO LO PUEDO CREER!!! Eso es el colmo de la irresponsabilidad. Y encima, van de cambio de escuela.

Entiendo perfecto que muchos papis apenas irán estos días a comprar por aquello de la quincena, por eso de mis otras quincenas aparté lo suficiente para verme precavida y me ahorré la fila enoooorme en las papelerías, seleccioné con total conchudez las estampitas que llevaría cada cuaderno (supervisada por Gore), fui cómodamente al centro para escoger las mochilas (mi encargo y misión: una de unicornio y una de Buzz Lightyear), compré con tranquilidad los 10 moños para Gore (obvioooooooo PER-FEC-TA-MEN-TE combinados en gris y rojo por aquello del uniforme), elegí sin presiones las calcetas blancas y me tardé lo que quise al forrar las 11 libretas (sin burbujitas en el hule cristal, por favor), ponerle nombre a 36 colores, 2 gomas, 2 tijeras, 20 pinzas de plástico y a los 3 paquetes de papel que entre los dos me pidieron.  

Respiré con tranquilidad cuando me entregaron los cuatro uniformes de Gore muy bien bordados con su nombre, pero mi ojito derecho saltó cuando me dijeron que las playeras estampadas del pants llegarán “por ahí del 20” y porque los uniformes de diario de Dany “estarán hasta el miércoles de la próxima semana”. Le conté a mi casi exmarido y me dice: “Cálmate, Dany puede ir vestido del diario, total, su material ya lo tiene y es lo que importa para que comience a estudiar, relájate apenas es el kínder”… Sí, creo que debería relajarme un poco…

#HistoriasDeUnaMamáReal

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