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Las mamás, ¿calladitas nos vemos más bonitas?

Mamá desesperada junto a una cuna

Las mamás, ¿calladitas nos vemos más bonitas? Foto iStock

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A lo largo de la historia, a las mujeres se nos ha enseñado a reprimir nuestras emociones, y sobre todo, nuestras opiniones. No por nada, la frase “calladita te ves más bonita” se volvió casi un mandato en la época de nuestras madres y abuelas. Y a las que se atrevían a desafiarlo, bueno, no quieres saber cómo les iba.

A veces se nos olvida todo lo que tuvieron que pasar las mujeres que nos antecedieron para que ahora disfrutemos de nuestros derechos con mayor plenitud y libertad (como debe de ser), pero cuando se trata de mujeres que hemos decidido maternar, esto es todavía peor: parece que nuestros derechos están todavía más acotados.

Ahora te voy a contar sobre un par de libros que pretenden terminar con esta idea.

 

Madres Un ensayo sobre la crueldad y el amor

Portada del libro Madres Un ensayo sobre la crueldad y el amor, de Jacqueline Rose

Maternidad, ¿una carga demasiado pesada?

 

La crítica literaria y codirectora del Birkbeck Institute of Humanities de Londres, Jacqueline Rose, escribió un libro en el que, desde las primeras páginas, se plantea si no le estamos exigiendo demasiado a las madres.

En pocas palabras, la autora plantea que: “Las madres son las responsables últimas de nuestros fracasos personales, de todo lo que está mal en nuestra política y en nuestra sociedad y que, de alguna manera, ellas tienen la obligación de enmendar; una tarea, a todas luces, tan injusta como irrealizable”. 

O sea, para el grueso de la sociedad, las mamás no tenemos derecho a expresar nuestro cansancio, nuestra frustración, nuestra inconformidad. Es más, ni siquiera tenemos derecho a enfermarnos porque, ¿quién cuidará de nuestros hijos, esposos, padres, madres, si nosotros no lo hacemos?

La autora se vale de ejemplos de historias como la de la poeta norteamericana Sylvia Plath, que se suicidó metiendo la cabeza en la estufa, entre otras razones, por la presión que sentía al ser madre.

 

Madres

Portada del libro Madres arrepentidas, de Orna Donath

¿Se vale arrepentirse de haber tenido hijos?

 

Esta pregunta la hizo la profesora, escritora y activista israelí Orna Donath, a partir de 2008, a un grupo de mujeres que habían decidido ser madres y después se habían arrepentido. Con sus respuestas, escribió un libro.

“Me arrepiento de haber tenido hijos y ser madre, pero amo a los hijos que tengo. Así que sí, no es algo que pueda explicar”;  “¿Por un día de felicidad, por un instante de placer, tienes que sufrir tantos años? Y a veces el sufrimiento no tiene fin, encima”, son sólo algunas de las respuestas que le dieron estas madres a Donath. Todas estaban de acuerdo en una cosa: no desearían que sus hijos no hubieran nacido, mucho menos que murieran, pero si pudieran volver el tiempo atrás, no los habrían tenido.

¿Por qué crees que sucede esto? Antes que nada, debo advertirte que no soy psicóloga ni nada por el estilo, pero sí soy mamá de una hija de 18 años y amiga de mujeres que tienen hijos de distintas edades, y lo que te puedo decir desde mi experiencia, si te sirve de acompañamiento, es que quedarnos calladas, enterrar nuestros sentimientos y “hacer como que no pasa nada” es lo peor. 

 

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