La educación moral de los críos… ¡y las mamás!

El martes pasado hubo un incidente con dos compañeritas de Gore por un triste libro para colorear que derivó en una muestra de falta de valores y de poca educación por parte de la abuelita de una de ellas. Les cuento.

Hace más de un mes Gore perdió su cuaderno para colorear, en ese momento la regañé por ser descuidada con sus cosas y le dije que no le compraría otro, pero ella insistía en que no lo había perdido… obvio que sí le compré uno extra pero no indagamos si realmente lo perdió, lo dejó en la escuela o se lo prestó a su compañera (acotación al margen: el profesor pide que intercambien libros para colorear para que no se aburran de los mismos diseños y puedan practicar aún más su estilo de iluminado), así que dejamos por la paz el tema hasta que el martes me llama mi hija y me dice que mágicamente apareció su libro.

Pensé que lo había encontrado en alguna de las cajas de objetos perdidos de su salón, pero noooooo: su amiguita Brianda Yoselin lo alcanzó a ver DENTRO DE LA MOCHILA de Yoani Montserrat. ¡¡¡Le habían robado el libro a mi güera!!! Total que Gore fue y lo tomó, de inmediato se dio cuenta que era suyo, pero le habían recortado a la mitad donde yo escribí su nombre, entonces consiguió cinta adhesiva y juntó los pedazos.

Acto seguido fue con el maestro a decir que ese libro era suyo. En ese momento Yoani Montserrat se defendió como gato bocarriba y argumentó que Estefani Jhovana se lo había regalado. El maestro en un momento de lucidez lógica le preguntó: “¿Entonces por qué dice el nombre de Paula Goretti?” ¡PUUUUUUM! Ahí era para que la joven ladronzuela hubiera quedado exhibida, pero nooooooo, tuvo las agallas de negarlo de una manera peculiar:

-“No, maestro, ese libro sí es mío”, arguyó convencida, “mi mamá se equivocó de nombre y puso el de Paula en vez del mío”.

¿EN SERIOOOOOOO? ¡Ni si quiera se llaman igual! Es más, sus nombres no se parecen ni tantito, pero la niña súper convencida. En ese punto mi hija me dijo que el maestro le entregó su libro y sanseacabó. Por la tarde me enseña el libro y noto que, en efecto, está todo rayoneado y roto, cero qué ver con ella. Ahí sí tomé cartas en el asunto y escribí a las mamás de Yoani Montserrat y Estefani Jhovana para ponerlas al tanto de la situación. La de Estefani Jhovana súper linda y comprensiva, incluso se ofreció a pagar el libro de ser necesario, pero la de Yoani Montserrat se puso a la defensiva, dijo que su hija no era así, que nunca mentía, que era excelente niña, pero que de todos modos hablaría con ella para investigar.

Dondequiera se cuecen habas

Ayer tuvimos junta y obviamente quería aprovechar para hablar con las mamás de las niñas, pero la de Estefani Jhovana no pudo ir y la que siempre va a las reuniones es la abuelita de Yoani Montserrat. Terminé de hablar con el maestro sobre el desempeño de Gore cuando se acerca la abuelita y dice con todo el veneno del mundo:

-“Quiero ver si la SEÑORA se presta para hablar del tema de un simple libro de colorear”, dijo con un tonito que no me gustó para nada.

-“Señora, aquí estoy, no me voy a ir a ningún lado”, le dije de lo más tranquila.

-“Mire maestro”, dice ignorándome por completo (desde ahí noté su NULA educación), “este es el libro de mi Yoani Montserrat, vea: está hasta roto y con muchas páginas arrancadas, está feíto su libro, pues”, (haciendo honor a la verdad, sí, estaba sumamente feo, jaja), “pero está así porque mi nieta NO ES EGOÍSTA, agarró el otro libro porque se confundió, lo agarró para jugar y ya no lo devolvió. Mi nieta sí presta sus cosas y deja que las demás niñas hasta lo rompan, total, es un libro MUUUUUUY BARATO y no se va a andar peleando por eso”, dijo henchida de orgullo.

Se me regresó decirle un par de linduras, cuando el profesor (adivinando mis pensamientos) le dijo:

-“Señora, no creo que sea por lo barato que la señora haya querido mencionar esto, sino por la acción en sí”, le explica muy calmado.

-“Exacto, señora, puede ser un libro muy muuuuuy barato o la más cara enciclopedia, aquí el asunto es que NO AGARREN LO QUE NO ES SUYO, PUNTO”, le digo en mi tonito de incheviejapayasa.

La mujer no me pela y le dice al maestro que si quiere su hija (o sea, la mamá) pagará el libro. En ningún momento se dirige a mí y el profe le responde:

-“Eso lo tiene que ver con ella, señora, yo por mi parte hablaré con las niñas para que esto no se vuelva a repetir”, dice zanjando el asunto.

-“No, maestro, no es eso: simplemente quiero que le enseñen a que respeten lo que no es suyo, ni que agarren nada de mi hija, es cuestión de valores y principios que se aprenden en casa, es algo tan básico”, le digo dirigiéndome a la señora.

Ella me ignora y se queda en digna abrazando el desbaratado libro. Busco a Gore y veo su libro en su mesita. La mujer se acerca a despedirse de su nieta y ahí (ahora yo con tooooooda la intención y el más puro veneno) le digo en voz alta a mi hija: “Gore, por favor guarda tu libro y cuida tus cosas, no porque sean baratas las maltrates, eso habla de quién eres”. Acto seguido, le di un besito a mi hija y me fui, ni siquiera volteé a ver la mujer que seguramente hizo el coraje de su vida.

Mamás todas: la buena educación empieza siempre en casa y las actitudes y comportamientos de nuestros críos no son más que el reflejo de lo inculcado en casa. Ayer, amén de este penoso incidente, sólo recibí elogios para Goretti. “es una niña súper educada, siempre saluda y se despide, es atenta, muy despierta, honesta e inteligente, es una excelente niña, señora, muchas felicidades”. Con eso me quedo (ahora yo) henchida de orgullo.  

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