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Jamás le digas esto a tu hijo

Mujer regañando a niña

Jamás le digas esto a tu hijo / Imagen: iStock

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Ser mamá es una de las chambas más agotadoras del mundo, y como sabemos, no está remunerada económicamente. Por mucho que amemos a nuestros hijos, que sus logros sean nuestra recompensa, que cada día nos despertemos pensando en satisfacer sus necesidades y hacerlos felices, hay días que no podemos más con el estrés y el mal humor nos puede provocar a decir cosas que no estamos pensando realmente.

Aunque, como adultas, creemos que estas frases son sólo eso: “palabras al viento”, no las digas, porque para tus hijos significan mucho más por el simple hecho de venir de ti, y pueden dañar su autoestima.

 

Hombre

Hombre regañando a niño / Imagen: iStock

 

¡No tienes por qué llorar, es una tontería!

 

Van caminando por la calle después de comprarle el helado que tanto estuvo pidiendo y de repente, ¡zas! la bola completita ya está en el pavimento asqueroso, deshecha, y tu hijo se pone a llorar. 

Quizá tienes prisa o simplemente estás de mal humor y su llanto te puede poner los pelos de punta pero no le digas que no llore y menos que lo que le sucedió es una tontería porque sentirá que estás juzgando sus sentimientos

Mejor explícale, con calma, que fue un accidente, que nadie tiene la culpa y que habrá otras oportunidades de comer helado.

 

Todos tus sueños se harán realidad

 

Aunque esta frase suena más bien a empoderamiento y a refuerzo de la autoestima, no es así. Los sueños no se hacen realidad si no trabajas muy duro por ellos, y en ocasiones ni así. 

No hagas que tus hijos se conviertan en seres potencialmente frustrados, mejor explícales que la vida no es como en los cuentos de hadas y que hay que trabajar todos los días, con mucho empeño, para lograr ciertas cosas, pero que si su sueño es convertirse en Superman o en Jessica Jones, eso será imposible.

 

Niña siendo regañada por mujer / Imagen: iStock

 

Si fueras como tu hermano…

 

Por muy enojada, frustrada o estresada que estés, jamás la o lo compares con otros niños: ni hermanos, ni primos, ni amigos, ni compañeros de escuela, nada.
Si haces esto, no sólo vas en el camino directo a dañar su autoestima sino a provocar que experimente una rivalidad que quizá no tiene, ni se le había ocurrido sentir hacia otros niños.

 

¡Inténtalo otra vez, y otra, y otra!

 

Es normal y hasta saludable impulsar a nuestros hijos, decirles que no todo sale bien a la primera y que sólo con esfuerzo y trabajo salen las cosas. Sin embargo, debes estar consciente de que los niños se cansan (entre más pequeños, más), y necesitan periodos de descanso y de distracción. No por nada las escuelas tienen recreos.

Así que, si no quieres que pierda la motivación, mide muy bien el tiempo para el estudio, las manualidades, las tareas del hogar y el deporte, y altérnalo con periodos de juego libre y descanso

 

Acercamiento de niño llorando / Imagen: iStock

 

¡Estoy harta! ¡Mejor no te hubiera tenido!

 

Esta la dejé hasta el último a propósito, porque es la peor frase que le puedes decir a tu hijo. Y aquí sí no me importa si te corrieron del trabajo, si te enteraste de que tu pareja te pinta el cuerno, o de que tu mejor amiga habló pestes de ti, y tu hijo hizo la peor travesura del mundo: hay frases que dañan más que los golpes y esta es una de ellas.

Mejor respira profundamente y hazle saber por qué está mal lo que hizo, qué consecuencia tendrá (algo razonable como no ver la tele o no comer postre, por favor) y la importancia que tiene no volver a hacerlo.

 

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