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Tips para que mis hijos coman sano

Aprendí a disfrutar la comida sana y ellos también

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Desde que somos chiquitas las verduras nos entran más por la vista que a los niños, pero sinceramente conforme crecemos eso se nos olvida. Cuando estás en la niñez te vale, en la pubertad juegas un poco con el tema, durante la juventud es cuando pruebas de toooodo con tal de ser el figurín de la pasarela, y ya en plena madurez es cuando realmente aplicamos nuestros conocimientos de salud y bienestar, o al menos, eso intentamos.

Pero, ¿Qué hago para que mis hijos coman sano? Siempre se vuelve una pesadilla hacer que en casa coman ensaladas o cosas nutritivas, así que después de aplicarlos en mi vida durante un buen tiempo, hay varios tips súper sencillos que te quiero compartir, muchas veces usamos de forma inadecuada y es ahí cuando empujamos a los niños a que vean más el lado que quiere ver la sociedad como estereotipo, y no el que queremos en la familia, el de unos hijos sanos.

 

Quita ahorita mismo la báscula del baño o del cuarto de quién sea: El que ellos vieran que me pesaba con frecuencia, hiciera gestos del tipo que fuera al ver el resultado y cosas así, les empezaba a influir y querían hacer lo mismo, “porque mamá lo hace”. Piénsalo.

- Enfócate en los beneficios y no en las calorías: Olvidé ponerme a contar o analizar cuantas calorías traía el plato de zanahoria con limón riquísimo que iba a comer. Y mejor, le conté al más peque,  que si comía eso junto conmigo iba a tener unos ojos que podrían ver mil cosas de forma perfecta, como con magia. Inténtalo y después me cuentas.

- Ignora los estereotipos: Lo dije al principio: estamos acostumbradas a ver súper modelos y actrices perfectas. Nosotras podemos asimilarlo y entender cómo son las cosas pero ellos no. Así que los aleje de ese tipo de imágenes que sin darnos cuenta dañan su forma de ver la vida, y sobre todo a la gente, a ellos mismos.

- No juzgues su cuerpo, ¡por favor!: Puede que nunca lo hagamos a propósito, pero muchas veces se nos salen frases que los empiezan  a  hacer pensar sobre si se ven bien o no. Por eso me enfoqué muchísimo en decirle que gracias al vaso de jugo que tomó sería súper inteligente; me incliné hacia la idea que lo que me daba la verdura o fruta era interior, no dejando que se enfocará solo en lo físico.

Creo que con estas cuatro cosas tan simples hice que mis hijos amaran la comida saludable. Me costó trabajo con los más grandes porque sino los educamos desde que empiezan a captar que comer, después es más difícil hacer que tengan el hábito. Plis, ya sabes que me encanta saber qué te parece lo que te cuento y que en cosas mías te doy chance de ignorarme, pero con los niños… Ahí si échate el súper mail, y comment o tweet de qué te parece, jajaja.

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