Solución a esas lágrimas por sangre
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No saben lo que me pasó este fin de semana. Tuve el bautizo del bebé de una amiga y ya se imaginan, desayuno deli, café por todos lados y, por supuesto, mil niños corriendo de aquí para allá como loquitos. Todas las mamás sabíamos que en algún punto llegaría un “¡mamaaaaá me duele!”.
Estábamos tranquilas echando el chisme de lo rico que estaba todo, y justo escucho al hijo de mi amiga llorar y lo veo subir la pierna a la silla. El pobre traía sangre chorreando por el tobillo; claro, no paraban de subir y bajar del enorme inflable.
Te juro me entre en shock cuando Ari le echó el azúcar de un sobre en la herida. O sea, yo no entendía la solución, pero con el azúcar la sangre coagula y así se acaba el tremendo drama. Déjala ahí hasta que, literal, se le vaya cayendo y, ¡listo! Una verdadera maravilla. Te mando un besote Ignacio, y espero que con el afán que tiene tu mamá por cocinar no acabe haciendo piernita al dulce, jajaja.