De blanco el día de tu boda

Estoy segura que has ido a incontables bodas y ni hablar de las que faltan de aquí a que termine el 2016, eso simplemente por dejar de pensar en las que vienen en el 2017… eso ya es otro tema porque claro, es otro año y en este momento estamos en lo que estamos.

Obvio siempre que hay bodas en el que el vestido de la novia es el primer tema a resaltar o resumir (cuando digo resumir es echarte esa hora-y-media-dos platicando cada detalle) con las amigas en la mesa y con las que no pudieron ir al día siguiente en el café. Pero ¿por qué es blanco? La pregunta del millón y que seguramente, aunque te la has hecho, no tienes ni idea, ahí te voy.

Hace añísimos, edad media para ser precisos, las mujeres no iban de blanco a sus bodas sino todo lo contrario, con un colorido rojo que simbolizaba el poder y la realeza de cada familia, mujeres que lograban el ansiado título de esposa en pocas palabras, mientras que para el siglo XIX las cosas cambiaron y con crisis, luchas por conseguir territorios en todos lados y demás el color elegido era el negro… raro y bastante tétrico pero eso era porque así podrían usarlo nuevamente en cualquier ocasión.

La situación llegó al blanco después de la boda de la reina Victoria de Inglaterra a mediados de 1800 cuando al casarse dijo, “denme chance que voy cuál cuento de hadas y en blanco” … he ahí el que todas queramos ser “princesas” (y debemos serlo) ese día y obvio, todos los demás. Hay países que conservan otro tipo de costumbres como China o India dónde el rojo sigue siendo símbolo de buena suerte y prosperidad; chistoso como hay costumbres de siglos atrás que por más modernas que seamos, siempre seguirán ahí.

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