Smoky, la perrita que salvó a 250 soldados y evitó que 40 aviones cayeran en la Segunda Guerra Mundial

Me encontré en un foro de Reddit la increíble historia de Smoky, una perrita Yorkshire Terrier que en 1944 se convirtió en leyenda. Resulta que salvó a 250 soldados y evitó que cayeran 40 aviones en la Segunda Guerra Mundial. ¡Impresionante!

La historia de la perrita maravilla

La historia de Smoky comienza en marzo de 1944 cuando un cabo de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos llamado, Bille Wynne, de 22 años, la compró por 6.44 dólares.

Bill se encontraba en el sudeste asiático, combatiendo contra las fuerzas japonesas durante la Segunda Guerra Mundial. En ese entonces Smoky solo pesaba dos kilos y media 2º centímetros de altura, muy lejos del estereotipo de un perro de guerra.

Sin embargo, la pequeña Yorkshire se convirtió en heroína, no solo salvando vidas, también es considerada el primer perro de terapia en la historia, pues se encargó de alegrar y brindar compañía a los soldados heridos que se encontraban en las tiendas de campañaque fungían como hospitales.

Literalmente, estuvo en combate

Smoky estuvo 18 meses en combate, voló cerca de 12 misiones de reconocimiento y rescate al lado de su dueño. Juntos sobrevivieron a 150 ataques enemigos, además del tifón Louise, que impactó Okinawa en octubre de 1945, poco antes de que embarcaran hacia Estados Unidos.

Según declaró Bille Wynne a Mansfield News, la perrita estuvo con él en todas sus misiones:   “La llevé en diferentes misiones por todas partes. La primera vez, cuando tenía que sobrevolar Borneo luego de un bombardeo sobre pozos petroleros, los muchachos empezaron a discutir acerca de quién se quedaría con la perra si a mí me derribaban y entonces, me dije: ‘Diablos. Me la llevaré conmigo'”.

La acción más impresionante de la Yorkshire fue en el golfo Ligayen, en la isla Luzón en Filipinas. Los soldados estadounidenses habían recuperado un aeródromo de manos japonesas y necesitaban establecer un sistema de comunicaciones de manera urgente. Para ello, requerían pasar una serie de cables por debajo de la pista de aterrizaje, a fin de unir las líneas telegráficas.

El único medio para hacerlo era una tubería de drenaje de 22 metros de largo y 20 centímetros de largo. Tenían dos opciones, hacer trabajos de excavación que tardarían al menos tres días, o usar su arma secreta, la perrita Smoky, la única capacitada para ese trabajo.

Fue así como ataron a su collar el cableado telegráfico. Bill introdujo a la perrita por la tubería y se dirigió al otro lado para llamarla con la voz.   “Pareció tardar una eternidad, pero pronto vi sus ojos ámbar brillando dentro de la alcantarilla a pocos metros de distancia”, escribió en su libro Yorkie Doodle Dandy: A Memoir.

Años después de esta sencilla acción, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos calculó que la acción de Smoky evitó que murieran unos 250 soldados por los ataques japoneses que seguramente hubieran existido durante los trabajos de excavación. Y no solo eso, la mascota permitió que siguieran operando 40 aviones que se encargaban de patrullar la zona.

Smoky murió el 21 de febrero de 1957, a los 14 años. Sus restos fueron puestos en una caja de municiones de la Segunda Guerra Mundial y fue sepultada en la reserva Rocky River, en Cleveland. Años después soldados veteranos levantaron un monumento en su honor.

Su historia ha sido abordada en múltiples libros y documentales. Bill, por su parte, sigue vivo, tiene 99 años y está lúcido. Bien podría contar su historia para una película.