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Síndrome de la tiara, algo de lo que tenemos que hablar

mujer esperando ser reconocida

Las mujeres tienden a agacharse y pensar que al trabajar duro y tener un buen desempeño las hará notar y les brindará el reconocimiento. Foto: iStock.

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¿Cuándo fue la última vez que te quejaste porque tu trabajo no fue reconocido? ¿Qué estabas esperando a una promoción sin pedirla? Si tus respuestas fueron pronto, es momento de que veas que eres parte de las mujeres que sufren el síndrome de la tiara. 

Crudo pero real. Las fundadoras de Negotiating Women, Carol Frohlinger y Deborah Kolb, acuñaron el término de Síndrome de la tiara en su libro llamado "Lean In", al ver que las mujeres toman una actitud pasiva en sus puesto de trabajo sin decir nada ni atreverse a pedir un aumento o un ascenso laboral.

“Las mujeres esperan que si siguen haciendo bien su trabajo, alguien las notará y les colocará una tiara en la cabeza”, dijo una de las autoras de este popular término. 

Piénsalo, no está alejado de la realidad: una princesa está esperando a ser rescatada, ilusionada a que alguien la note y le devuelva a la vida; lo mismo pasa con las mujeres que, siendo pasivas en su trabajo y salvando la compañía en silencio, esperan a ser reconocidas por sus jefes. 

Las mujeres tienden a agacharse y pensar que al trabajar duro y tener un buen desempeño las hará notar y les brindará el reconocimiento, las promociones y los aumentos salariales que se merecen.

 

sindrome de la tiara

Imagen de iStock.

El error clave de tomar esta postura de princesa en el trabajo, es que la posibilidad de que tu participación en la empresa sea tomada en cuenta es pequeña o nula, pues los jefes tienen cosas más importantes que resolver que estar analizando lo que hacen sus empleados. 

Es importante romper ese techo de cristal autoimpuesto, mientras que los hombres necesitan solo un 60% de seguridad para aplicar a un nuevo puesto, las mujeres debemos estar un 90% seguras de cumplir con los requerimientos; si a eso sumas que según el último estudio McKinsey, el 36% de los hombres aspiran a un cargo directivo frente al 18% de sus homónimas, creo que es momento de detenerse a pensar:

¿Estoy esperando mi tiara? 

Si temes que la respuesta sea sí, es momento de que comiences a reconocer tus méritos, confiar en tus capacidades y no tener miedo de hablar y exigir lo que te corresponde. 

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