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Frases para recordar a Sor Juana Inés de la Cruz

Sor Juana Inés de la Cruz

Las mejores frases de Sor Juana Inés de la Cruz / Fotos: Wikimedia Commons

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Sor Juana Inés de la Cruz fue una escritora y religiosa muy importante para la literatura mexicana, pues desde muy temprana edad aprendió a leer y escribir y el ingenio en sus poemas amorosos la han hecho más que vigente..

Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, mejor conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, fue considerada como la décima musa y sus obras son calificadas como de corte feminista, pues abogaba por la igualdad de derechos y la liberación femenina.

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Para conocerla un poco más, en Me Lo Dijo Lola te compartimos algunas de sus mejores frases:

Las mejores frases de Sor Juana Inés de la Cruz

1. “Así como ninguno quiere ser menos que otro, así ninguno confiesa: porque es consecuencia del ser más”

2. “Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis”

3. “Todo el mundo es opiniones de pareceres tan varios, que lo que el uno que es negro, el otro prueba que es blanco”

4. “No estudio por saber más, sino por ignorar menos”

5. “Sin claridad no hay voz de sabiduría”

6. “Queredlas cuál las hacéis o hacedlas cuál las buscáis”

7. “¿En qué te ofendo, cuando solo intento poner bellezas en mi entendimiento y no mi entendimiento en las bellezas?”

8. “¿Para qué quiero la vida? Si en la muerte tengo vida” 

9. “En un amante no hay risa que no se altere con llanto”

10. “Cuando mi error y tu vileza veo, contemplo, Silvio, de mi amor errado, cuán grave es la malicia del pecado, cuán violenta la fuerza de un deseo”

11. “Yo no estimo tesoros ni riquezas, y así, siempre me causa más contento poner riquezas en mi entendimiento que no mi entendimiento en las riquezas”

12. “¿Qué humor puede ser más raro que el que, falto de consejo, él mismo empaña el espejo, y siente que no está claro?”

13. “Todos aquellos que se eligen por algún medio para algún fin, se tienen por de menor aprecios que el fin a que se dirigen”

14. “Hasta el saber cansa cuando es saber por oficio”

15. “Teniendo por mejor en mis verdades consumir vanidades de la vida que consumir la vida en vanidades”

16. “Si al imán de tus gracias, atractivo, sirve mi pecho de obediente acero, ¿para qué me enamoras lisonjero si has de burlarme luego fugitivo?”

17. “Y aunque es la virtud tan fuerte, temo que tal vez la venzan. Que es muy grande la costumbre y está la virtud muy tierna”

18. “Así como ninguno quiere ser menos que otro, así ninguno confiesa: porque es consecuencia del ser más”

19. “Al trato de amor, hallo diamante y soy diamante al que de amor me trata”

20. “Solo los celos ignoran fábricas de fingimientos, que como son locos, tienen propiedad de verdaderos”

¿Quién fue Sor Juana Inés de la Cruz?

Sor Juana Inés de la Cruz nació en San Miguel Nepantla, un pueblo ubicado en el actual Estado de México, cerca de lo que hoy se conoce como Amecameca. Su año de nacimiento no está clara, se estima entre 1648 y 1651. Destacó en su época como poetisa, dramaturga, y religiosa, luchando contra las normas de esos tiempos que impedían a una mujer estudiar y escribir. 

Desde una edad temprana, Sor Juana Inés mostró una notable inclinación hacia el aprendizaje y la lectura. A la edad de tres años, ya había aprendido a leer y a los ocho años, ya tenía conocimientos avanzados de latín. Debido a su magnífico intelecto, fue enviada a vivir con una familia de la nobleza donde pudo tener acceso a una extensa biblioteca.

A los 16 años, Juana Inés fue llevada a la Ciudad de México, donde ingresó a la corte del virrey Marqués de Mancera. Aquí, su talento y erudición la llevaron a ser reconocida como una de las mentes más brillantes de su tiempo. En la corte, fue conocida por sus tertulias literarias y su habilidad para debatir sobre una amplia gama de temas.

En 1667, ingresó al convento de las carmelitas descalzas de San José, en donde adoptó el hábito religioso y cambió su nombre por el de Sor Juana Inés de la Cruz. Este cambio fue visto como un acto de renuncia a las tentaciones del mundo secular y una dedicación plena a Dios, aunque Sor Juana continuó escribiendo y participando en actividades intelectuales.

Durante su vida en el convento, Sor Juana escribió una vasta cantidad de obras literarias que abarcaban diversos géneros como la poesía lírica, la prosa, el teatro y el ensayo. Sus obras abordaban temas variados como el amor, la filosofía, la teología y la crítica social. Fue una figura controvertida debido a su defensa de los derechos de las mujeres a la educación y su cuestionamiento de las normas sociales de su tiempo.

Sor Juana falleció en el convento de San Jerónimo el 17 de abril de 1695, víctima de una epidemia de peste. A lo largo de los siglos, su legado ha perdurado como uno de los pilares de la literatura y el pensamiento latinoamericano, siendo reconocida como una de las figuras más importantes del Siglo de Oro de la literatura española en América.

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Aclaracion:

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