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¿Cómo hacer una limpieza emocional?

Haz una limpieza emocional

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Empecé el año haciendo listas de cosas que tenía que arreglar, reestructurando la cocina, limpiando a fondo los closets; saqué toda la bodega para reorganizarla… Así pasaron los meses hasta que caí en cuenta que estaba agotada y que este síndrome del nido que me dio, era solo un síntoma de la enfermedad: necesitaba una limpia emocional.

Limpieza con la pareja

Caso 1- Los famos@s “players”, y nosotras como perros falderos esperando que se enamoren de nosotras. ¿Usas estas frases?: “Pero conmigo es diferente”; “Está cambiando”; “Va a cambiar”. Pero hay un detalle…nunca han cumplido lo que prometen, como el típico: “Te hablo mañana”, y aparece hasta la semana siguiente. Ahora, sé sincera, ¿le crees o lo proteges con pretextos? Si lo estás protegiendo nada que yo te diga te va a hacer cambiar de opinión hasta que toques fondo. ¡Espero que sea pronto!, y si de plano no puedes con este issue, busca terapia.

Caso 2- No decir algo que sientes por miedo. Primero piensa ¿a qué le tienes miedo? Una persona que te quiere puede enojarse si le dices algo que le duele, pero nunca te deja de querer. Así que intenta hablar (sin tomar café) para bajarte la angustia o mejor escríbelo y sé muy concreta sin lastimar. Escoge tus batallas.

Caso 3- ¡Chantaje! Es horrible, generar culpa y con el tiempo IRA. Aquí la solución es decirlo con todas sus letras: “Me estás chantajeando”. Lo vas a sacar tanto de onda que no va a saber ni qué contestar. Aprovecha para no regarla y dile: Me voy a tomar un tiempo personal ya que me siento incómoda con cómo nos estamos comunicando. Te pido de todo corazón que reflexiones en la manera en que me pides las cosas. ¡Ésta ya no la acepto!

Con las amigas

Las mujeres sí que nos complicamos de más, y uno de nuestros problemas es que nos encanta el chisme. Existe el típico caso de que mengana le bajó el galán a fulana, y estamos todas criticando a una o a la otra y viendo de qué lado nos vamos a poner. Muy sencillo: no te metas, se vale escuchar y opinar, pero tomar partido no es lo justo. Es problema de ellas, así que déjalo por la paz. 

Todas tenemos una amiga que sólo nos chupa energía, que llega y no para de hablar de sus problemas. Le preguntamos: “¿Cómo has estado?”, y la respuesta siempre es: “Híjole, teniendo tantos problemas”, y se sigue. La típica que no sabe contestar: “Muy bien gracias, ¿y tú? Ella sólo habla de ella y se vuelve un “vampiro emocional”, y tú “la jerga con la que limpia”. Aunque queramos mucho a estas amigas es mejor mantenerlas a distancia o decirles la neta (se va a enojar pero ya se le pasará).

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