Saltar al contenido principal | Saltar A búsqueda | Alto Contraste

La hora de la comida, la hora de la familia

 La hora de la comida, la hora de la familia

iStock

De amiga a amiga, los tips más selectos directo en tu correo.

Al hacer click en Suscríbete elegirás el contenido que quieras recibir en tu correo y quedarás suscrito a nuestro boletín el cual podrás cancelar en cualquier momento; no olvides revisar tu carpeta de Spam.

Me tocó salir de viaje, tres semanas sola, tenía claro que sería un viaje con mucha aventura, emoción y aprendizaje, pero también mis rituales consentidos serían abandonados por circunstancias obvias. Uno de mis rituales más extrañados fue el de la mesa. Éste es un tema que encuentro como solución a muchas problemáticas actuales relacionadas con la alimentación.

Recuerdo que desde pequeña mi mamá tenía muy claras las reglas de la casa con sus cuatro hijos y su esposo, todos juntos a la mesa. Esto detonaba siempre muchas situaciones divertidas y a veces no tanto, pero finalmente derivaba en una convivencia familiar memorable. Unos poníamos la mesa, otros ayudábamos a servir las aguas frescas, y otros a servir el festín de alimentos que se prepraraba en casa, porque si algo he de presumir es que mi madre es la reina de la cocina en casa, yo sólo me considero una aprendiz a su lado. Yo fui la primera que salió de casa a estudiar y si algo extrañaba eran esos compartires familiares, las risas y las delicias que se servían en esa mesa. Mi papá parecía tener un convenio entendido con la reina de la cocina y sólo se podía meter a ella el fin de semana, cuando ella se dejaba apapachar y él cocinaba para todos, incluyendo amigos y vecinos, aunque entre semana siempre habría algo de su parte como para darle un toque, sus salsas eran la especialidad.

Mis hermanos recordamos entre risas y gusto momentos también tormentosos en los que por alguna razón (que no me conviene recordar), mi mamá se transformaba y hacía volar saleros por doquier.

Para mí, en la mesa familiar se lograba ese momento de intimidad que en ninguna otra situación sucedía, desde el cocinar, que era un requisito en casa para todos hasta levantar los platos (cosa que siempre evadía), fueron grandes ejemplos para mi vida ahora.

Hoy como mamá, replico lo que me tocó vivir, en casa todos tenemos responsabilidades, a Rocco, mi pequeño, le toca poner la mesa y ayudarme y seleccionar la música.

A mí me toca cocinar y si se presta el momento, los hombres de la casa se suman, haciendo el agua fresca o la ensalada, y han salido grandes recetas deliciosas de su creatividad.

Y en tu casa ¿como es el ritual de la mesa familiar?

Aclaracion:

El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, mas no la ideología de Melodijolola.com

Votar por este artículo 0 loves
   
 
Eliminando...